CIUDAD DE MÉXICO (Especial para LA NACION).– Tenía que ser una vuelta perfecta e inclusive algo más para que pudiese superar el corte de la primera parte de la prueba de clasificación para el Gran Premio de Ciudad de México de Fórmula 1. Y en su particular duelo con su compañero Pierre Gasly, esa esquiva perfección debía bastar para batir al francés. Pero no pudo ser.
En su segundo intento de la Q1 con neumáticos blandos, Franco Colapinto atacó con excesiva agresividad y se subió demasiado al piano o cordón interno de la curva 3 a derechas buscando cortar camino. Pero el Alpine es demasiado duro y ya Colapinto había dicho el viernes que resultaba muy arriesgado subirse a esos pianos porque el coche saltaba. Y así sucedió: el coche quiso volar, no lo hizo y cayó en sus cuatro ruedas y el argentino pudo dominarlo, pero ese mini vuelo lo proyectó hasta el carril de escape. Evitó el accidente, pero el tiempo de esa vuelta no se iba a computar. Abortó el intento y quedó condenado a la que iba a ser la última posición para la carrera de este domingo, a las 17. Que tendrá a Lando Norris, Charles Leclerc y Lewis Hamilton en las tres primeras posiciones, y a Max Verstappen y a Oscar Piastri en el quinto y el octavo lugares, respectivamente.
En esa parte, Pierre consiguió una mejora mínima respecto de su primer intento y señalaba 1m17s546/1000 para ser finalmente 18º. Lance Stroll, con el Aston Martin, se intercalaba entre ambos Alpine.
Franco sabía sin embargo que avanzar en la clasificación podía ser una utopía para su equipo y así lo expresaba: “La Q2 era imposible. Creo que 16º o 17º podíamos haber quedado. Pero es un auto muy difícil. Le pegué a un piano como le pegan todos y las gomas de adelante se levantaron en el aire, no tenía dirección. Tenemos que buscar siempre esa última milésima y no sale. Hay que mejorar para mañana e intentar que sea un mejor día”.
La palabra de Franco Colapinto
Después de un viernes positivo para él y complicado para Alpine, en el que Colapinto había acabado 18º en la FP2 y por delante de Gasly, que quedaba último a poco menos de medio segundo del argentino, dos errores del sábado le iban a dejar insatisfecho.Cuando por la mañana llegó al circuito no podía imaginarse Franco que el día se iba a nublar para él aunque el sol brillara con fuerza en el parque Magdalena Mixhuca, donde se ha dibujado uno de los circuitos más atractivos del campeonato.
Calaveras blancas con dientes marcados en sonrisas que parecen muecas de terror, pantalones oscuros, de luces y ajustados como los de los toreros, amplios voladizos con encajes de colores hispánicos en las damas que se mueven al son de una ranchera en la zona de ocio. Tacos, burritos, tequila (no para los pilotos por supuesto) entusiasman a los invitados VIP y a las decenas de miles que ya se reunían en las tribunas, donde no cabía ni un alfiler. Había aumentado la hinchada argentina, que ya había coreado canciones de admiración por Colapinto. Asombra la cantidad de compatriotas que viven o que han venido a la carrera para ver a Colapinto. La pasión lo puede todo. El pibe de Pilar, ya es sabido, provocaba chillidos de admiración entre las numerosas adolescentes y otras no tanto que de manejo quizás no sepan mucho, pero de “pinta” sí.
En la calle del paddock, María Catarineu, manager de Franco junto al ex piloto escocés Jamie Campbell-Walter, charlaba con un conocido. Se la veía distendida, más sonriente que de costumbre. Si falta una firma y fijar una fecha para que sea realidad la continuación de Colapinto en la Fórmula 1, ella lo debe saber. Y sorprendió María apartándose ligeramente del grupo en el que estaba para saludar al enviado para LA NACION. Y cuando escuchó lo que le decían: “Hola, María. ¿Marcha todo para adelante, eh?”, su sonrisa de respuesta fue bien amplia. Sabía muy bien a qué se refería la pregunta. “Que cada uno interprete como quiera”, parecía decir.
Faltando 10 minutos para el comienzo de la tercera sesión de entrenamientos libres y Colapinto salió del hospitality de Alpine. Tuvo que caminar un buen trecho mientras varios aficionados le pedían selfies y autógrafos. A su lado, dos guardaespaldas puestos por la organización. En este circuito, el organizador ofrece protección a los pilotos debido al elevado entusiasmo del público, que hasta puede ser peligroso por momentos.
Durante la FP3, demasiado tiempo en los garajes pasaron ambos Alpine. Los ingenieros mantienen en secreto (como si hubiese algún detalle ganador que proteger) sobre lo que se hizo en los más de 12 minutos que Pierre Gasly y Franco Colapinto estuvieron detenidos cuando la sesión se acercaba a cumplir 26 minutos. Tocaron elementos mecánicos en suspensiones, algo de altura y dureza. Pero el coche no respondió, al menos no lo suficiente como para aspirar a mezclarse con el medio pelotón.
Fue Pierre el que encontró algo más de grip y precisión. De la desorientación que manifestaba el viernes, por lo menos en relación a lo que había hecho Franco Colapinto dejándolo a casi medio segundo por detrás, pasó a sentirse más decidido. Al final iba a quedar 18º, a 1s779/1000 del más rápido, Norris (McLaren), y Colapinto, 19º, inmediatamente por detrás, a 169/1000. Demasiada diferencia tenía con el líder y para preocuparse porque el viernes Colapinto había quedado 18º a 1s329/1000. No se había avanzado, sino retrocedido.
Durante toda la sesión, ambos Alpine entraban y salían al unísono a los boxes. Habían comenzado situándose entre los mejores 10 con los neumáticos blandos que calzaron los sesenta minutos. Poco a poco, sus rivales, que habían comenzado algunos con compuesto medio amarillo, los fueron superando apenas calzaron el compuesto blanco. Esteban Ocon (Haas), Stroll (Aston Martin), Nico Hülkenberg (Sauber), Carlos Sainz (Williams), Alex Albon (Williams) y Oliver Bearman (Haas), los hundieron al nivel que en realidad tiene la máquina con la que van a terminar un año para olvidar.
Cuando faltaban 8 minutos llegaba el momento de darlo todo. Pierre y Franco salieron de boxes al mismo tiempo. En la primera y única vuelta útil con los blandos Gasly marcaba su mejor tiempo, 1m18s412/1000. Ese fue el momento en que Franco, que venía superando por algunas milésimas el primer sector de Pierre, siguió de largo en la curva 4 y no pudo bajarle el tiempo. Entró nuevamente a boxes y cuando faltaban 2m50 segundos, hizo un último intento. Mejoró el argentino, pero al final, con un registro de 1m18s518/100, 169/1000 más lento que Gasly. Magro consuelo era dejar atrás al Aston Martin de Fernando Alonso, 20º que no pudo intentar una vuelta rápida por un problema mecánico en la suspensión delantera derecha.
Como de costumbre, ambos Alpine salieron a pista entre los primeros apenas comenzó la prueba de clasificación. Aunque la pista fuese ganando en adherencia, cuanto más salidas y entradas para ir corrigiendo detalles y el equilibrio aerodinámico, mejor. Tras el primer intento, Gasly volvía a ser más rápido que Franco. Se situaba 15º y Colapinto 17º a 40/1000.
En la última salida, ambos pilotos intentaron algo que hubiese sido casi un milagro: pasar a la Q2. Así fue que Colapinto se la jugó en ese piano interno de la curva 3.
“Hoy fue muy difícil. Un auto muy desconectado, que no tenía grip. Está siendo un circuito y un fin de semana que no nos está cayendo bien, como la mayoría. Es un auto muy duro, que con cualquier bache pierde todo el grip. No fue una buena qualy. Me costó hoy en la FP3 también. Y ahora no fue una buena qualy también. Ahora, a trabajar para mañana, para tener una mejor carrera”.
Por su parte, Gasly, que era 18º con 1m17s546/1000, quedaba a 245/1000 de Liam Lawson, (Racing Bulls), 15º, que lograba pasar a la Q2. Y Franco, 124/1000 por detrás de su compañero.
Compacto de la qualy del GP de Ciudad de México
Cuando el argentino saltó sobre ese piano, Flavio Briatore, que observaba desde el garaje, no pudo evitar un gesto de frustración. Pero lo cierto es que aunque su piloto más joven hubiese hecho perfecta esa elusiva vuelta, le hubiera sido casi imposible pasar a la siguiente etapa. Este domingo, en carrera, se necesitará ritmo y garra. Y de eso, Colapinto tiene en grado suficiente.
Colaboración: Orlando Ríos.

