“La vamos a seguir acortando hasta superarlo, ese es mi deseo”.
La sentencia de un exultante Marcelo Gallardo, en relación a la distancia entre Boca y River en el historial del superclásico, se dio hace apenas seis meses y unos días. El escenario era el ideal: el triunfo por 2 a 1 en el Monumental dejaba al Millonario a apenas cuatro victorias de su eterno rival, la distancia más corta desde que en febrero de 1991 el Xeneize pasó al frente.
Con ese último partido en el Monumental, de 264 superclásicos oficiales Boca ganó 92, River 88 y empataron en 84 ocasiones. Con uno más que finalizó 0 a 0 en 1919, que no se computa porque ese torneo (y todos sus resultados) fueron anulados.
De todas formas, el margen en favor del conjunto de la Ribera es mucho más amplio si se contemplan los amistosos (el último, en enero de 2018). En ese conteo, el Xeneize saca 11 de ventaja (139 a 128).
Ahora bien: ¿qué tan factible es que el Millonario, con el Muñeco como entrenador, logre ponerle fin a estos 34 años de paternidad azul y oro? En el juego de las hipótesis, en el escenario más favorable para el equipo de Núñez, lo más cercano sería a fin del año próximo, pronosticando una derrota local este domingo en la Bombonera, y otras tres en un probable cruce en playoffs y los dos cruces de 2026, por los torneos locales.
Es evidente que el “factor Gallardo” influyó bastante en este acercamiento que tuvo River en los últimos 11 años. Más claro: cuando el Muñeco asumió como DT del Millonario, a mediados de 2014, Boca sacaba 10 partidos oficiales de ventaja en el historial.
Sin embargo, y más allá de las cinco series mano a mano en las que se fue victorioso, cuando el DT más ganador del club de Núñez anunció su desvinculación a fines de 2022 la diferencia en el clásico era de 8 encuentros. Es decir que en ocho años solo recortó dos partidos. De mantenerse esa tendencia, esa hipotética posible paridad podría ocurrir recién en 2034.
Con Martín Demichelis, River le recortó un poquito más a Boca. El exzaguero disputó como entrenador millonario cuatro superclásicos, de los que ganó dos (uno de local y otro de visitante), empató otro y perdió el último, en Córdoba (cuartos de final de la Copa de la Liga 2024), poco antes de que lo echen para que reasuma -justamente- Gallardo.
En esta segunda etapa del Muñeco al frente del equipo los números no lo acompañaron en casi nada y de hecho en poco más de un año de gestión todavía no pudo ganar títulos y, muy por el contrario, sumó fuertes frustraciones. Sin embargo se dio el gusto de irse vencedor las dos veces que enfrentó al Xeneize: en septiembre del año pasado en la Bombonera y en abril de este año en el Monumental. Hasta el momento, esas son las únicas dos grandes alegrías de Gallardo desde que regresó al banco de River y las celebró con ganas tanto de visitante como de local.
Hasta el momento, el balance del Muñeco contra Boca es muy positivo. Lleva dirigidos 28 superclásicos, de los cuales ganó 10, perdió 7 y empató 11, en los cuales sus equipos marcaron 24 goles y recibieron 23.
En cambio, si solo se contemplan los partidos que Gallardo visitó la Bombonera como DT de River los números son más parejos: 3 victorias, 7 empates y 3 derrotas, entre las cuales aparece una que terminó con festejo: el 0-1 de la vuelta de las semifinales de la Copa Libertadores 2019 en donde el Millonario pasó a la final porque había ganado 2 a 0 en la ida.
El patrimonio más grande de Gallardo ante Boca es haber sido el entrenador que eliminó cinco veces consecutivas al rival eterno en series mano a mano. Sin embargo, desde entonces perdió los posteriores dos cruces directos: el de los octavos de final de la Copa Argentina 2020 y el de los cuartos de final de la Copa de la Liga 2021, ambos ante un Boca dirigido por Miguel Ángel Russo. En este lapso hubo un tercer mano a mano que también tuvo como vencedor a Boca (cuartos de final de la Copa de la Liga 2024), pero el DT del Millonario era Demichelis.
A lo largo de la historia, River dominó las primeras décadas del superclásico, entre 1913 y 1946, con una sola excepción: 1941, año en el que Boca logró pasar al frente.
Sin embargo, en octubre de 1946 el Xeneize retomó el control con un triunfo por 2 a 0 y mantuvo esa ventaja durante 40 años, el período más extenso de paternidad entre sí.
Recién en 1986, en un partido de la Copa Libertadores que River ganó con un gol de Antonio Alzamendi, el Millonario volvió a quedar arriba en el historial. Durante ese último período de dominio, entre 1986 y 1990, River nunca logró sacar más de un partido de diferencia sobre su eterno rival.
El partido bisagra, que inclinó la balanza en favor del Xeneize y hasta el momento no se modificó ocurrió el 27 de febrero de 1991. Ese día, River jugaba muy bien y le ganaba 3 a 1 (dos goles de Juan José Borreli y uno de Gustavo Zapata, descontó Diego Latorre) a Boca en la Bombonera, por la etapa de grupos de la Copa Libertadores. Pero en el segundo tiempo el conjunto azul y oro logró una remontada épica y con tantos de Víctor Marchesini, Blas Giunta y otra vez Latorre ganó 4 a 3 sobre la hora y desató una fiesta total entre sus hinchas.
Se enfrentaron 232 veces por torneos o copas de Primera División. Hasta el momento hubo 82 victorias de Boca, 78 de River y 74 empates. No se computa el 0 a 0 del Campeonato 1919 porque ese torneo (y todos sus resultados) fueron anulados.
Por diferentes copas internacionales se enfrentaron en 32 ocasiones. Hasta el momento hubo 11 triunfos de Boca, 10 de River y 11 empates. Se computa como “empate” el 0 a 0 del partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores 2015, único de toda la historia “sin definición”. Fue aquel que se suspendió antes del inicio del segundo tiempo por el escándalo del gas pimienta en la Bombonera, que terminó con el equipo xeneize descalificado de la competencia y el Millonario clasificado a los cuartos de final.


