Alejandro Garnacho sabía que no iba a ganar. Ni siquiera apareció en la placa final, donde aparecieron 5 siluetas en el escenario. Él había quedado sexto en la puntuación en el rubro. Lamine Yamal, la joya de Barcelona, se quedó con el Trofeo Kopa, el premio al mejor jugador menor de 21 años. Pero el delantero argentino se presentó en la gala y se ubicó en primera fila junto a Dibu Martínez. Aplaudió a Yamal, tributo al vencedor, y apostó al futuro: “Voy a tener tiempo para seguir luchando por el Balón de Oro”. Un buen ejemplo que contrastó con ausencias de peso. Real Madrid tenía muchos motivos para estar, pero decidió ver la gala por TV.
El boicot del Real Madrid se concretó luego de estar convencidos de la injusticia porque su figura, Vinicius Jr., no sería quien obtendría la mayor distinción entre los futbolistas masculinos. Esta decisión, que generó un profundo malestar en el club, se tomó luego de recibir información sobre la falta de reconocimiento a su jugador estrella. Iba a viajar una comitiva de 50 personas, entre las que se incluían jugadores, directivos, familiares y cuerpo técnico.
“Si los criterios del premio no proclaman ganador a Vinicius, esos mismos criterios deben proclamar ganador a Carvajal. Como esto no ha sido así, es obvio que Balón de Oro y la UEFA no respetan al Real Madrid. Y el Real Madrid no está donde no se le respeta”, se transmitió desde las entrañas del club merengue, según reconstruye el diario As de Madrid.
“No es bueno para el fútbol que un club como el Real Madrid no esté presente en una gala así”, afirmó Luis De la Fuente, el seleccionador de España, que llevó en julio a la selección al título en la Eurocopa 2024. De la Fuente compitió con Ancelotti por el premio de mejor DT.
Vinicius se presentaba como favorito a conseguir el galardón individual más importante, pero este lunes, unas horas antes de la ceremonia, saltó la noticia de que el Real Madrid no iba a enviar delegación a la capital francesa al pensar que su jugador brasileño no iba a ser coronado. “Lo haré 10 veces si es necesario. No están preparados”, tuiteó Vinicius Jr a las 19.07 de la Argentina. No apareció el mensaje “Felicitaciones Rodri”.
Desde la organización se insistió que nadie sabía quién había ganado el trofeo, que se decide por una votación de periodistas representantes de los 100 primeros países del ranking de la FIFA. Pero no. No subió nadie cuando se premió a Real Madrid como el mejor equipo masculino de 2024 ni tampoco cuando Carlo Ancelotti fue elegido como mejor DT. Menos cuando el Botín de Oro para los goleadores era compartido entre Kane y Mbappé. El ex PSG nunca subió al escenario.
Harry Kane se quedó con el Gerd Müller Trophy al mejor goleador de la temporada anterior. “Gracias a Bayern Munich, es una gran noche, un honor recibir este premio que además se llame así”. El delantero marcó 52 goles en la temporada 2023-2024. Kylian Mbappé también anotó 52, y, sin quererlo, Kane dejó otro mensaje que sirve de ejemplo: “¿En qué debo seguir mejorando? Debo trabajar en todo, la definición con la pierna izquierda, un poco todo. Esto nunca termina y uno siempre debe mejorar para seguir activo en la competencia”. Lo dijo Kane, que a los 31 años sufre la maldición -pese a ser otro crack como delantero y goleador, de ser una mezcla de 10 y 9 por su calidad técnica y táctica- de no haber podido ganar un título en su carrera, ni a nivel clubes, ni con la selección de Inglaterra. Las Copas o los trofeos no son la única cara del fútbol. Además, ¿alguien le puede decir a Kane que no es un ganador?
Sientan que fueron injustos o no, en los premios, como en la cancha, Real Madrid debería saber ganar y perder. El club merengue reaccionó como un chico malcriado al que le sacaron el chupetín. Cuenta con todos los recursos. Tal es así que se puede dar el lujo de ser super campeón de la Champions League (ganó 15 en toda su historia ¡y luego de la última Orejona se dio el lujo de contratar a Kylian Mbappé!). Cualquier club del ascenso de la Argentina o cualquier país del mundo lo podría considerar injusto, desleal, desparejo, pero no. Acepta la competencia como es y sigue para adelante, cada uno en su terreno, en su división.
Florentino Pérez, presidente de Real Madrid, pudo sentirse ofendido o sentir que se estaban ofendiendo los valores del club. Pero suena extraño que una persona como Carlo Ancelotti, un gran líder y que ha demostrado más de una vez su don para conducir grandes grupos y figuras, no haya sabido persuadir al presidente Pérez o a un enojado Vinicius Jr. Porque incluso el propio Ancelotti quedó mal con la organización y hasta con los colegas con los que compartió la posibilidad de quedarse con el premio a “mejor DT”, entre ellos De la Fuente.
El tan cuestionado Dibu Martínez (por algunos gestos y actitudes, como futbolista demostró no sólo ser crack sino también tener un aura especial) les dio el ejemplo a Ancelotti y Cía, con la frase: “Para un arquero ya estar entre los 30 mejores para el Balón de Oro es un triunfo. Siempre tuvieron más importancia hacer los goles que evitarlos, entonces es lógico que los flashes vayan con los delanteros, es normal”, comentó el arquero de Aston Villa, que terminó saliendo 18° para el premio principal masculino y terminó quedándose por segundo año seguido con el de mejor arquero.
Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, ya corridos de esos flashes, también supieron perder para luego terminar ganando. Y el fútbol no adopta una decantación lógica, por la que ahora deberían ganar Mbappé o Vinicius Jr. Las votaciones no siempre arrojan los resultados unánimes.
En el fondo, Real Madrid le dio la espalda a lo que podría haber sido (en realidad, igual lo fue) una noche plena para España. Se quedó con el Balón de Oro masculino (Rodri), el Balón de Oro femenino (Aitana Bonmatí), el mejor club masculino (Real Madrid), el mejor club femenino (Barcelona), el mejor DT (Ancelotti, de Real Madrid), Jennifer Hermoso (jugadora de Tigres de México y la selección de España, obtuvo el premio Sócrates al trabajo humanitario), y hasta la revelación (Yamal, de Barcelona). No le importó. Demostró que el club más ganador del mundo también puede ser el peor perdedor.