Mauro Icardi volvió a sorprender en Turquía. Y lo hizo con lo que mejor sabe: con un tanto decisivo. El delantero anotó un golazo de tijera para sentenciar el triunfo 3-1 del Galatasaray sobre Göztepe, por la fecha 10 de la Superliga turca, en un partido que se había complicado de entrada para el conjunto dirigido por Okan Buruk.
Pero más allá de volver a acaparar los flashes, su actuación reavivó un asunto que se mantiene sobre la mesa: la incertidumbre respecto a su futuro, ya que aún no tiene garantizada su continuidad en Estambul.
El rosarino de 32 años había ingresado desde el banco al inicio del segundo tiempo, en lugar de Barış Alper Yılmaz, y solo necesitó 20 minutos en el campo de juego para demostrar que su instinto goleador está intacto.
Tras un rebote del arquero luego de un remate de Osimhen, Icardi se acomodó dentro del área y, casi suspendido en el aire, conectó la pelota con una tijera espectacular que se metió contra el segundo palo. Un gol a la altura de su categoría internacional que desató la euforia en el Ali Sami Yen y volvió a poner su nombre en las portadas deportivas de Europa.
El impacto del gol radica también en el contexto personal del delantero: hace poco menos de un año sufrió la rotura de ligamentos cruzados de su rodilla derecha, una lesión que en general deja secuelas, temores y dudas. Sin embargo, Icardi regresó en silencio y en la actualidad volvió a ser una pieza determinante para un equipo que mantiene el liderazgo en la liga local con 28 puntos, seis más que el escolta, Trabzonspor, y nueve más que Fenerbahçe, su clásico rival, tercero con 19. Además, Galatasaray viene de un triunfo clave ante Bodo Glimt en la Champions League, afianzando su buen presente internacional.
Los números explican la vigencia del atacante: suma 6 goles en 9 partidos de Superliga y promedia un tanto cada 73 minutos. Lo más llamativo es que en la mayoría de los encuentros ingresó como suplente, lo que refleja una eficacia notable.
Pero mientras su presente deportivo es impecable, su futuro es una incógnita. Su contrato finaliza al término de esta temporada y el club todavía no le presentó una oferta formal de renovación.
Icardi percibe actualmente 11,5 millones de dólares anuales, aunque estaría dispuesto a resignar parte de ese salario y firmar por 7 millones para continuar en Estambul. Sin embargo, la dirigencia se mantiene en silencio y no hay ninguna señal de negociaciones.
En paralelo, ya comenzaron a sonar alternativas. Algunos clubes de Sudamérica tomaron contacto con su entorno: al ya existente rumor que en un pasado reciente lo vinculó a Boca ahora trascendió que hubo contactos con Estudiantes de La Plata.
Al mismo tiempo, medios italianos afirman que ya hubo contactos entre Torino y el club actual de Icardo, y desde Medio Oriente apareció una propuesta muy fuerte: NEOM SC, franquicia saudí que desembarcará en la liga en 2026 con un respaldo financiero multimillonario, estaría dispuesto a ofrecerle 10 millones de euros netos por temporada.
Mientras los dirigentes analizan, Icardi responde como siempre: con buenas actuaciones dentro de la cancha. Instalado con su pareja, Eugenia “La China” Suárez, en una mansión con vista paradisíaca al Estrecho de Bósforo, que alquila por 25.000 euros al mes, Icardi parece disfrutar de su presente en Turquía. Pero el fútbol tiene aspectos imponderables en relación al destino que puede presentarse y que quizás altera el lugar de residencia de un momento a otro.
El encuentro arrancó cuesta arriba para el local: a los seis minutos, el conjunto visitante sorprendió con un rápido contraataque que finalizó Bekiroğlu con un remate bajo para el 1-0 parcial.
A Galatasaray le costó encontrar claridad en los metros finales y recién pudo torcer el desarrollo hacia el cierre del primer tiempo, cuando Bokele fue expulsado en Göztepe por doble amonestación a los 42 minutos. A partir de ahí, el local tomó el control absoluto del juego.
La remontada comenzó en los pies de Victor Osimhen, quien aprovechó un error en la salida defensiva del rival para igualar el marcador. Minutos después, Gabriel Sara empujó un centro bajo y dio vuelta el partido a los 63. Pero la frutilla del postre llegó con la pirueta de Icardi.

