Pronósticos agoreros. Peligro de extinción. Catorce años de historia al borde de quedar en el olvido. Al final, cayó el telón y todo el dramatismo quedó reducido a una comedia shakespeareana. Mucho ruido y pocas nueces. Tras intensas negociaciones y una serie de idas y vueltas, la Sanzaar confirmó finalmente la realización del Rugby Championship de manera íntegra para los años 2027, 2028 y 2029, tal como anticipó el presidente de la UAR Gabriel Travaglini en una entrevista con LA NACION en agosto. De esta manera, el calendario de los Pumas no se verá alterado de manera considerable.
La amenaza fue real. El acuerdo sellado en septiembre de 2024 entre Sudáfrica y Nueva Zelanda que estableció la realización de giras mutuas cada cuatro años, denominada “Rugby’s Greatest Rivalry”, puso en jaque al Rugby Championship. El acuerdo entre los cuatro miembros de la alianza hemisférica, que se remonta a 2012, vencía este año y no fue hasta este jueves que se confirmó su continuidad. La posibilidad de que los Pumas volvieran a quedar al margen del escenario mundial se tornó factible. Finalmente, los daños colaterales fueron menores.
De esta manera, en 2026 los Pumas verán reducido su calendario de 12 a 10 partidos. Ante la ausencia de Rugby Championship, la Argentina se garantizó jugar dos Test Matches ante Australia y uno ante Sudáfrica. Será el primer año en que la Nations Championship se ponga en juego en las ventanas internacionales. Según pudo averiguar LA NACION, los Pumas serán locales ante Gales, Escocia e Inglaterra en julio y visitarán a Italia, Francia e Irlanda en noviembre. El certamen finalizará con un partido más para definir la posición definitiva (final, tercer puesto, quinto puesto, etcétera), también en Europa. Este certamen volverá a jugarse todos los años pares.
En definitiva, la Sanzaar confirmó que el calendario quedó estructurado de la siguiente manera:
El acuerdo hemisférico, como es habitual, es por cinco años y lo que ocurra más allá de 2030 dependerá en buena medida del éxito o no de la “Rugby’s Greatest Rivalry”. Al mismo tiempo, al ratificar que los sucesivos Rugby Championships se jugarán, como es habitual, entre agosto y octubre, queda en suspenso la unificación de los calendarios de los dos hemisferios cuando existían rumores sobre la posibilidad de adelantar el Championship y realizarlo en paralelo al Seis Naciones, entre febrero y abril.
Las demoras en la oficialización del nuevo acuerdo hemisférico dan cuenta de lo intrincadas que resultaron las negociaciones. Hace tres semanas, el Sydney Morning Herald reveló un informe en el cual afirmaba que el Rugby Championship no se jugaría hasta 2029 y que Australia lo reemplazaría con dos giras de tres Test Matches ante Nueva Zelanda y Sudáfrica o Argentina. La comunicación del jueves de la Sanzaar echa por tierra esta posibilidad.
Según reveló The Roar, un blog australiano especializado en rugby, fue el lobby de la propia Unión Australiana (RA) la que presionó para conservar intacto el Rugby Championship en tres de los próximos cinco años. El cambio de planes habría respondido al éxito del seleccionado australiano en el reciente torneo, que incluyó un resonante triunfo ante los Springboks en Johannesburgo, lo que, sumado también al crecimiento de los Pumas, dotó al certamen de una paridad inédita. Hasta la cuarta fecha, los cuatro participantes tenían posibilidades de reclamar el título.
“El nuevo calendario propone un escenario intenso y desafiante”, declaró Travaglini a través de un comunicado. “Sin embargo, consideramos importante seguir trabajando para que el rugby del hemisferio sur mantenga un equilibrio justo entre la competencia, la recuperación de los jugadores y el desarrollo de todas las naciones involucradas.”
El rugby atraviesa momentos tempestuosos. Aun con averías, el barco llegó a buen puerto. Al menos en tres de los próximos cinco años, los Pumas lograron mantenerse a flote con un calendario competitivo