Habrá superclásico del tenis moderno. Una vez más. Jannik Sinner derrotó con algunos sobresaltos a Félix Auger-Aliassime -un semifinalista inesperado- y definirá este domingo con Carlos Alcaraz el título del US Open. Además, habrá una recompensa extra: el ganador será el número 1 mundial.
El italiano, el primero en el ranking, se convirtió en el tenista más joven de la era abierta en llegar a las cuatro finales de Grand Slam de una misma temporada. Le ganó a Alexander Zverev en Melbourne, Alcaraz lo superó en Roland Garros y el italiano se impuso en Wimbledon sobre el crack español. Siempre Jannik, aún con la pesada carga de las sospechas de un tiempo fuera de las pistas, por un caso de doping.
En la noche del Arthur Ashe hubo máxima tensión, durante el 6-1, 3-6, 6-3 y 6-4, en tres horas, 21 minutos de juego. El canadiense, de 25 años, llegó a ser una de las grandes promesas de su generación. En 2021 tuvo un primer viaje a las semifinales de Nueva York y hasta eliminó previamente a Alcaraz, antes de que su ascenso se estancara bruscamente.
Partiendo del puesto 27 del ranking, el canadiense recuperó su mejor versión en este torneo y dejó en el camino a dos top-10: Alexander Zverev y Alex De Miñaur.
Aun con esas advertencias, Sinner siempre fue el claro favorito con su intimidatoria racha de 26 partidos ganados seguidos en torneos de Grand Slam en pista rápida. Lógicamente: sumó uno. ¡Son 27!
De todos modos, el italiano no mostró su mejor versión y hasta expuso algunos dolores físicos: el fisioterapeuta lo visitó durante el segundo parcial, el que finalmente perdió. ¿Estará en plenitud física para la final?
Un rato antes, Carlos Alcaraz tumbó este viernes a Novak Djokovic. En la primera semifinal en Nueva York, Alcaraz venció por 6-4, 7-6 (7-4) y 6-2 al gigante balcánico que, a los 38 años, cerrará la temporada sin su ansiado título 25 de Grand Slam.
El español pugnará este domingo por su segundo título del US Open. “Es un gran sentimiento estar otra vez en la final del US Open, se siente increíble”, declaró Alcaraz sobre la pista central de Flushing Meadows.
“Lo de hoy no fue mi mejor nivel del torneo, pero mantuve uno bueno desde el principio hasta el último punto”, reconoció tras un duelo en el que superó una fase de nervios en el segundo set y aceleró al triunfo ante el desplome físico de Djokovic.
El italiano y el español conformarán el primer dúo en enfrentarse en tres finales de Grand Slam en una misma temporada en la era abierta (desde 1968).
El balance hasta ahora es de un triunfo español en Roland Garros, seguido de otro italiano en Wimbledon. Alcaraz también puede recuperar el liderazgo de la ATP si conquista su sexto trofeo de Grand Slam, en una final a la que tiene previsto asistir el presidente estadounidense, Donald Trump.
Para Djokovic, fue la cuarta derrota del año en semifinales de Grand Slam. Anteriormente abandonó ante Alexander Zverev en la penúltima estación del Abierto de Australia y fue barrido por Sinner en las de Roland Garros y Wimbledon.
Elegante en la derrota, en la que felicitó con un abrazo a Alcaraz, Nole reconoció la superioridad de las dos jóvenes estrellas, pero confirmó que persistirá en la caza de la vigesimoquinta estrella.
“Todavía quiero jugar una temporada completa de Grand Slam el próximo año”, avanzó. “Voy a intentar llegar a las finales y luchar por otro título, al menos”, advirtió.
Sinner y Alcaraz “son demasiado buenos”, admitió. “Jugar al mejor de cinco sets hace que sea muy difícil para mí enfrentarlos”, reconoció la leyenda.
Ante Alcaraz, Djokovic no tuvo oportunidad de usar su ventaja mental tras los golpazos que le asestó en los Juegos Olímpicos de París el año pasado y en los cuartos del Abierto de Australia en enero.
“Me quedé sin energía después del segundo set”, admitió. “Creo que tenía suficiente energía para luchar contra él y mantener su ritmo durante dos sets. Después de eso, me quedé agotado y él siguió adelante”, fue su análisis.
Alcaraz no necesitó de su mejor tenis para apropiarse del primer set, pero en el segundo Djokovic reaccionó con un break inicial y una ventaja de 3-0.
El español se adentró en una cadena de errores pero, a diferencia de París y Australia, mantuvo la sangre fría y frenó el avance con otro quiebre.
El parcial desembocó en un tie break que Djokovic estaba prácticamente obligado a ganar dadas sus menores reservas de energía. El desempate avanzó apretado hasta que Alcaraz prevaleció en un feroz rally desde el fondo de la pista y se apropió del parcial con un demoledor servicio.
El murciano es el único jugador que no cedió ni un set en el torneo y dejó a Djokovic, 16 años mayor, sin más opción que una épica e improbable remontada.
El serbio, que pidió tratamiento en un hombro en el descanso, hincó una rodilla frente a un Alcaraz imparable, que este domingo jugará su octava final consecutiva.