Por tercera vez en 18 meses, Mariano Herrón se vuelve a poner el traje de piloto de tormentas para asumir como DT interino de Boca. En esta ocasión, luego de la renuncia de Diego Martínez, tras la derrota 2 a 0 del sábado ante Belgrano en Córdoba y a la espera que el Consejo de Fútbol liderado por Juan Román Riquelme inicie las charlas formales con el candidato principal al cargo.
Comparado con las otras dos oportunidades en las que Herrón debió “dar una mano”, ahora las urgencias son mucho mayores. En abril del año pasado sucedió a Hugo Ibarra (desvinculado a solo tres meses de renovarle el contrato) y en noviembre reemplazó a Jorge Almirón, que renunció tras la derrota en la final de la Copa Libertadores ante Fluminense. El equipo xeneize tiene la necesidad de comenzar a sumar puntos y encadenar victorias para apuntar con optimismo al 2025 y no quedarse por segundo año consecutivo sin jugar la Copa Libertadores.
En la actualidad, Boca aparece en el octavo puesto de la tabla anual con 46 puntos, a cinco de River (51), el último que se clasificaría por esta vía. Vélez lidera con 58 y Talleres lo escolta con 54. Estudiantes (47) ya logró ese pasaje al torneo continental por haber ganado la Copa de la Liga de este año. Entre ellos y el Xeneize aparecen Racing y Godoy Cruz, que tienen 48 y Unión 47.
Ya casi marginado de la lucha por el título en la Liga (suma 21 puntos sobre 33 posibles y está a 12 de Vélez, que esta noche puede alejarse todavía más si derrota a Central en Rosario), la única opción que le quedaría para decir presente en el torneo más prestigioso de Sudamérica a nivel clubes es si gana la Copa Argentina. Allí, en cuartos de final, deberá enfrentarse en una fecha a definir a Gimnasia y Esgrima La Plata. Si avanza, Boca tendrá un cruce durísimo justamente contra el Fortín, quizás el equipo que mejor juega en la Argentina en la actualidad.
En este contexto es que Herrón toma el fierro caliente una vez más. Y la primera práctica será esta tarde, cuando a las 17 se encuentre con el plantel en el predio de Ezeiza. En el vestuario habrá dos ausencias de peso. La primera es la de Sergio Romero, sancionado por el club por su reacción contra un grupo de socios que lo insultó tras la derrota con River en la Bombonera. La otra, la de Pol Fernández, que anunció hace unos meses que no renovará el contrato, que emigrará de Boca a fin de año.
Las declaraciones de Herrón apenas se hizo cargo por primera vez del equipo fueron las de un hombre sensato: “Tengo una responsabilidad, no me quejo y tengo que trabajar. Estoy en el mejor lugar del mundo”. Sobre esa máxima iniciará este nuevo interinato.
El primer desafío será el domingo próximo en la Bombonera, donde desde las 21 Boca recibirá a Argentinos Juniors. La idea sería que su gestión no dure más allá de un partido. Juan Román Riquelme pretende sumar un nuevo entrenador en el corto plazo.
El primer interinato de Herrón en Boca fue en abril del año pasado, en el que cosechó una victoria (3-0 vs. Barracas Central), un empate (0-0 vs. Monagas de Venezuela, por la Copa Libertadores) y una derrota (2-1 vs. Colón). En tanto, el segundo fue tras la salida de Jorge Almirón. En ese breve lapso ganó dos partidos (1-0 vs. Newell´s y 2-1 vs. Godoy Cuz), un empate (1-1 vs. San Lorenzo) y una derrota (3-2 vs. Estudiantes, por la Copa Argentina). En resumen, como DT de Boca Herrón dirigió 7 partidos, de los que ganó tres, empató dos y perdió los dos restantes.
Mientras la dirigencia define quién será el próximo DT, Boca tendrá por delante tres partidos de la Liga durante octubre. Al del próximo domingo con Argentinos se le encadenarán los encuentros ante Tigre (visitante) y Riestra (local). Además, está el mencionado partido de cuartos de final de la Copa Argentina ante Gimnasia y Esgrima La Plata.
Mariano Herrón llegó a Boca de la mano de su amigo Riquelme. Lo hizo como ayudante de Miguel Ángel Russo, el primer entrenador de la gestión encabezada por Jorge Amor Ameal. Luego, tras el despido del histórico DT, mantuvo su puesto en el cuerpo técnico de Sebastián Battaglia. Y a partir de la salida del futbolista más ganador en la historia de Boca, a mediados de 2022 y tras la traumática eliminación de la Libertadores, Herrón siguió.
Lo hizo por un tiempo, hasta que llegó el pedido para hacerse cargo de la Reserva. Desde allí saltará a la primera por tercera vez, un trampolín que parece ser recurrente en el Consejo de Fútbol: confiar en entrenadores de la casa para guiar al equipo principal.
Pasó con Battaglia y con Ibarra, ambos promovidos. Ocurre ahora con Herrón, y tras ganar dos títulos en su categoría en 2022. Claro que otra vez, la idea no parece ser que permanezca en la primera, sino que su ciclo dependerá del curso de las negociaciones por el nuevo DT.