México amargó a Estados Unidos, remontó un contexto desfavorable y dio vuelta la final para ganar por 2 a 1 y coronarse campeón de la Copa de Oro de la Concacaf en Houston, donde los fanáticos del Tricolor se hicieron escuchar.
La cara de frustración del DT rosarino Mauricio Pochettino fue más que evidente cuando Edson Álvarez anotó de palomita el tanto de la victoria a 13 minutos del epílogo, en el corazón del área chica y luego de otro cabezazo en el primer palo, a la salida de un tiro libre desde la izquierda.
El conjunto local fue de mayor a menor y todo lo prolijo que había sido en la primera etapa quedó en el vestuario durante el entretiempo. Y después del segundo gol mexicano todo se terminó de desacomodar, al punto que hubiera sido justo que la diferencia fuera más abultada.
Todo comenzó demasiado bien para la selección estadounidense, que se puso en ventaja cuando apenas se habían disputado 3 minutos. El Tri marcó pésimo en un tiro libre ejecutado casi desde la mitad de la cancha, Chris Richards aprovechó y con un fuerte frentazo abrió el tanteador.
El desarrollo del encuentro de allí en adelante favoreció a los locales, pero poco a poco México logró equilibrarlo. A los 27 llegó la justicia: Marcel Ruiz metió un estiletazo al corazón del área y Raúl Jiménez infló la red con un fuerte zurdazo.
Luego del descanso todo cambió. Los dirigidos por Javier Aguirre salieron con más ímpetu a buscar la victoria mientras que los locales no supieron replicar lo exhibido en la primera parte y sufrieron una frustración muy grande.
La derrota también impacta en Pochettino, que asumió hace menos de un año (10 de septiembre de 2024), perdió seis de los 16 partidos que dirigió y no sería descabellado que lluevan más críticas hacia su gestión. Cabe destacar que para este torneo el DT rosarino decidió prescindir de las máximas figuras del seleccionado estadounidense, en especial Christian Pulisic, delantero de Milan. Para Pochettino, se trató de la quinta final que pierde como entrenador de las siete que disputó en su carrera.
Sin su estrella, Estados Unidos no ganó ninguno de los amistosos previos (1-2 ante Turquía y 0-4 frente a Suiza). Esos resultados y la floja actuación del equipo despertaron las primeras críticas de los medios. The Washington Post habló de una imagen “pésima” y describió el rendimiento como “abominable y en ocasiones cómico”. El periodista Steven Goff ironizó: “Pochettino dijo que quería ver leones o lobos. Le salieron corderos”, reflejando la decepción generalizada en torno al proyecto.
Pulisic lanzó recientemente varios dardos en contra del DT, que le contestó: “No puede ser que un jugador diga: ‘Quiero jugar’. ‘Quiero esto’. ‘Quiero aquello’. Firmé mi contrato con la federación y soy el entrenador principal; no soy un maniquí”, sentenció el DT. Y añadió: “Lo respeto y lo entiendo. Lo entiendo. Pero no necesito que entienda nuestra decisión”.
Con esta coronación, México se afirma como el máximo ganador de la Copa de Oro de la Concacaf, con 10 títulos, seguido por Estados Unidos, que quedó con 7. Completa el podio Canadá, con apenas una vuelta olímpica.
La de esta noche es también la final más repetida. Se enfrentaron por el título en ocho oportunidades, de las cuales el Tri ganó seis y los estadounidenses dos.
El homenaje de Raúl Jiménez a Diogo Jota
La escena fue conmovedora. A los 27 minutos del primer tiempo, Raúl Jiménez recibió una gran asistencia de Marcel Ruiz al corazón del área y la mandó al fondo de la red de un potente zurdazo. El tanto, que establecía el empate transitorio ante los locales, tomó otra dimensión por lo que hizo su autor.
El delantero mexicano corrió hacia la banda, tomó una camiseta especial de la Selección Mexicana con el nombre “Diogo Jota” y el número 20 —el que usaba el portugués—, se sentó en el césped y simuló jugar a la PlayStation, replicando una celebración típica de su excompañero. Y entonces, con los ojos cerrados y el rostro hacia el cielo, le dedicó ese momento. Las imágenes rápidamente se volvieron virales. No sólo por el golazo en sí sino por la carga emocional posterior.
Raúl Jiménez y Diogo Jota compartieron equipo en el Wolverhampton en la Premier League entre 2018 y 2020, donde forjaron una sociedad futbolística muy efectiva y una amistad entrañable fuera de la cancha. En esa etapa, Jiménez vivió la mejor temporada de su carrera —con 27 goles y 10 asistencias— y buena parte de ese éxito se apoyó en la conexión natural que dio desde un primer momento con el portugués.
Tras confirmarse el fallecimiento de Jota, Jiménez había compartido un sentido mensaje en redes sociales: “Es difícil procesar esta noticia… un compañero increíble, un amigo, y sobre todo un gran padre. Gracias por todo, te recordaremos siempre. Un abrazo hasta el cielo.”
No fue el único homenaje de Jiménez a Diogo. Durante la ceremonia previa al partido, Raúl ya había sorprendido al ingresar al campo con la camiseta conmemorativa de su amigo, esa que luego volvería a mostrar en su festejo.
Diogo Jota tenía 28 años y jugaba en Liverpool, donde compartía plantel, entre otros, con Alexis Mac Allister. Mientras que su hermano André, de 25, era parte del Penafiel de Portugal. Ambos fallecieron el jueves pasado cuando el Lamborghini en el que viajaban se incendió tras salirse de la vía en la A-52, a la altura de Cernadilla, España.