Huracán debía ganar para superar a Vélez en la lucha por el título. Boca debía ganar para arañar la posibilidad de la clasificación para la próxima Copa Libertadores. Ni uno, ni otro: el 0 a 0 los representa cabalmente. Jugaron muy mal, cayeron en la trampa de los excesos, las provocaciones, las polémicas. Fue un espectáculo lamentable, en el mítico Palacio Ducó.
Hasta hubo agresiones y provocaciones entre un grupo de plateístas del Globo con el banco de suplentes de Boca, con dos señalados, Gary Medel y Marcos Rojo. Hasta le arrojaron una bolsa de agua sobre el cuerpo del defensor que surgió en Estudiantes. Lucha, fuerza, tensión en el ambiente, no hubo nada positivo en la fresca noche de Parque Patricios.
Para peor, el arbitraje. Hernán Mastrángelo cobró un penal en el cierre, por una falta (que no fue) de Chiquito Romero sobre Mazzantti. La acción siguió y el jugador del Globo -que antes había sido empujado por Saracchi levemente, también en el área- tocó la pelota con la mano, en posición clara de gol. El VAR llamó al juez y desestimó el penal, pero quedó flotando la duda: ¿por qué el juez no dejó seguir la acción?. Estaba en posición de definición, más allá de que después el VAR hubiera definido si fue realmente una mano para sancionar.
El final también tuvo una dosis de escándalo, con Frank Kudelka y Fernando Gago, los entrenadores, en plena discusión. Y cuando había un córner para el Globo, el juez decidió el final. Y más discusiones, peleas, amenazas. Sobre todo, contra Mastrángelo y sus asistentes. Con la gente enrarecida, en otra página desoladora del fútbol argentino.
Cuando había un córner para Huracán, en un interminable tiempo de descuento, se resolvió el final del partido. Huracán y Boca empataron sin goles, en un espectáculo gris, sin fútbol.
“Son un asco”, advierte Frank Kudelka, le muestran roja a su ayudante. El VAR confirma que no hay falta, pero queda flotando la duda: por qué el árbitro no dejó seguir la jugada, con Mazzantti en clara posición de gol.
Romero sale al cruce de Mazzantti y el juez cobra penal. No parece haber infracción. Un segundo antes, Saracchi empuja mínimamente al volante de Huracán. De todos modos, queda la duda: ¿por qué no dejó seguir la jugada el juez? El VAR llama a Mastrángelo. Amarilla a Abila.
Sin ideas ni imaginación, pero con la convicción de pelear el título hasta el final, Huracán ataca, va. Sabe que debe ganar si pretende superar a Vélez en la tabla. Wanchope Abila es la bandera.
Al partido le falta una gambeta, un intérprete que rompa el molde. Es todo chato, parejo, anodino. Se cuidan excesivamente, más allá de que los dos equipos necesitan la victoria.
Evidentemente, a Gago no le tiembla el pulso a la hora de las decisiones tácticas, de los cambios. Decide la salida de Cavani y el ingreso de Milton Giménez. No es la primera vez que saca al símbolo uruguayo.
La segunda etapa es una continuidad del primer capítulo, en el que el tiempo neto fue de 56 minutos y 25 segundos, pero solo se jugaron 19 minutos, 36 segundos. Lo habitual suelen ser unos 25 minutos.
Boca trata de salir del encierro con la frescura de los cambios. Advíncula y Pol Fernández buscan darle otra fisonomía al gigante. Barinaga y Aguirre, los reemplazados, tuvieron un flojo desempeño.
Huracán y Boca juegan la segunda parte, con mucho en juego.
Huracán y Boca empatan sin goles al término del primer tiempo, cumplidos los 12 minutos agregados. Los incidentes entre los plateístas y algunos jugadores de Boca, representa lo más importante de la noche.
Sin alambrado, un grupo de hinchas de Huracán insisten con agresiones contra los jugadores de Boca. Marcos Rojo amenaza con irse, luego de que caen más proyectiles. En realidad, una bolsa de agua.
Se trata de una deslucida primera parte. Más allá de la expectativa por el encuentro, se juegan poco y mal. Prácticamente no hay disparos al arco.
Un grupo de plateistas de Huracán, justo detrás del banco de suplentes de Boca, agrede en forma verbal (y muy al límite) a los integrantes del plantel xeneize. Medel habría amenazado a los hinchas. El partido se detiene por este incidente. Gago aprovecha y les da indicaciones a los jugadores.
Sin creatividad, con poca imaginación, Huracán va. William Alarcón y Walter Mazzantti llevan las banderas del juego ofensivo, les falta consistencia.
A Huracán le cuesta todo, Boca se aproxima sin el vértigo que acostumbran los equipos de Gago. No se sacan ventajas, en un partido chato.
El partido es parejo, con un leve predominio xeneize. De todos modos, llama la atención el poderío de la posesión del elenco visitante: 62% por ciento durante el primer cuarto de hora.
Apartado en los últimos tiempos, ya con 8 temporadas sobre su espalda, Fabra vuelve a ser titular. Juega bien adelantado, como si fuera un wing izquierdo de toda la vida.
Exactamente a los 23 segundos, luego de una acción a pura destreza, Boca casi abre el marcador. El zurdazo de Zenón pasa cerca de un palo.
Huracán y Boca juegan desde las 21.47, en el Palacio, un partido con mucho en juego.
Sergio Romero; Juan Barinaga, Lautaro Di Lollo, Nicolás Figal y Frank Fabra; Ignacio Miramón, Tomás Belmonte y Kevin Zenón; Brian Aguirre, Edinson Cavani y Lucas Janson es la formación que definió Fernando Gago.
Hernán Galíndez; Hernán De la Fuente; Ariel Pereyra, Fernando Tobio y César Ibáñez; Rodrigo Echeverría, Federico Fattori y Williams Alarcón; Walter Mazzantti, Eric Ramírez y Rodrigo Cabral es la formación que definió Kudelka.
El Xeneize llega en un buen momento: mantiene una racha de tres victorias seguidas (Godoy Cruz (4-1), Sarmiento (2-0) y Unión (1-0) y está a cuatro puntos de los puestos de clasificación a la Copa Libertadores 2025.
El Globo de Frank Darío Kudelka viene de caer por 4 a 2 frente a Atlético Tucumán como visitante, por lo que necesita un triunfo que le permita posicionarse, parcialmente, como el líder de la Liga Profesional.
Huracán y Boca juegan en un partido correspondiente a la fecha 24 de la Liga Profesional, en el estadio Tomás Adolfo Ducó, a partir de las 21.45. En LA NACION, el seguimiento minuto por minuto.