Con el gesto y la acción más espectaculares en el apoyo a los misioneros católicos de sus once años de pontificado, el Papa recorrió mil kilómetros en un avión militar de carga australiano. Llevó con él una tonelada de medicinas, ropa, instrumentos musicales y juguetes para los 120 niños, que lo celebraron con un concierto en la plena selva de Vánimo, en el extremo norte de Papúa Nueva Guinea, y para encontrar a siete misioneros argentinos a quienes les había prometido que iría a visitar personalmente.
Son los padres Tomás Rvaioli, Martin Prado, Miguel de la Calle y Alejandro Díaz. También hay tres monjas argentinas del Institutodle Verbo Encarnado que son: María del Sagrario Paez, María Consuelo del alma Coronel y María Reina de los Cielos Prado. Ellas están al frente de un hogar que hospeda a niñas y mujeres, que es el único en Papúa Nueva Guinea.
Francisco hizo una acción concreta de apoyo a los misioneros en los lugares más difíciles del planeta y exaltó su acción
El Papa inició hoy la primera jornada plena de su visita a Papúa Nueva Guinea, situada al norte de Australia y cerca del ecuador, que tiene una diferencia de 13 horas de fuso horario con la Argentina.
Ataviado con el tradicional tocado de plumas de ave del Paraíso, pese al intenso calor tropical, el papa describió “el grandioso espectáculo de una naturalea rebosante de vida, que evoca la imagen del Eden”
En su discurso en la explanada de la iglesia local, plena de una colorida presencia humana de veinte mil personas. Fancisco dijo dijo que “estoy contento de encontrarme en esta tierra maravilloa y misionera”.
“Ustedes aquí son expertos en belleza porque están rodeados de ella. Viven en una tierrra magnifica, rica en una gran variedad de planes y aves, donde uno se queda con la boca abierta ane los colores, sonidos y olores, ante el espectáculo de una naturaleza rebosante de vida que evoca la imagen del Eden”.
Jorge Bergoglio elogió a los catequistas, que afrontan largos viajes para llegar incluso las comuniades más lejánas. “Es importante que no se queden solos y que toda la comunidad los apoye.
En una región donde se hablan una parte de los 800 idiomaas en todo el país, también imperan las tradiciones fetichistas y las brujerías, que han causado en los últimos veinte años más de 3000 muertos en todo el país, especialmente mujeres.
El Papa invitó a los fieles a vencer las divisiones personales, familiares y tribales, a “expulsar del corazón de las personas el miedo, la superstición y la magia; a terminar con los comportamientos destructivos como la violencia, la infidelidad, la explotación, el consumo de alcohol y drogas, males que aprisionan y hacen infelices a tantos hermanos y hermanas”.
Concluyó animando a los misioneros a “embellecer cada ve más esta tierra con vuestra presencia de iglesia que ama”.
Los misioneros argentinos del Instituto del Verbo Encarnado llevan muchos años allí. Hace cinco años al padre Miguel de la Calle se le ocurrrió que la música ayudaría a los niños y fundó lo que aseguran es la única Orquesta de Papúa Nueva Guinea.
Los padres argentinos trabajan en la de la Escuela Humaista de la Santísima Trinidad en Baro, a unos 12 kilómetros de Vinamo. El Papa, que financió la construcción, los visitó hoy.
Francisco bendijo también veinticinco esculturas de la Virgen de Lujan, patrona de la Argentina, para que sean llevadas a diferentes iglesias de Papúa.
Tras visitar la escuela, le fue presentada la orquesta de 120 niños, que han visto enriquecido su bagaje musical con los instrumentos que les trajo el Papa junto con las vituallas en la tonelada de cosas que viajaron con él.
El Papa conoce los problemas de discriminación que sufren las mujeres, “que en esta sociedad son las últimas y no tienen ningún tipo de derechos y voz”, como le comentaron a Cristina Cabrejas de la agencia EFE. “Las costumbres paganas están aún muy arraigadas aún” y también hay que ayudar a las ujeres, que sufren los matrimonios arreglados donde las esposas se compran y se venden”.
El pontífice, que llegó ayer por la tarde a la capital Puerto Moresby, permanecerá en Papúa Nueva Guinea hasta mañana, cuando partirá rumbo a Timor Oriental, tercera escala de su gira.
Esta mañana el pontífice de 87 años recibió al primer ministro James Marape y más tarde presidió ante 35 mil personas una misa al aire libre en la que invitó a esta nación “en los confines del mundo” a abrazar la fe católica.
En Papúa Nueva Guinea el 90% de los habitantes son de fe protestante y los católicos, constituyen alrededor de un 30% de los 12,5 millones de habitantes.
En la homilia, el Papa dijo: “hermanos y hermanas, ustedes que viven en eta gran isla en el oceano Pacífico pueden haber pensado que son una tierra lejana y distante situada en los confines del mundo. Hoy el Señor quiere acercarse a ustees y derribar distancias”, dijo entre aplausos y ovaciones de los fieles católicos.
Agregó que “pedmos paz para las naciones y también para la creación. No al armamentismo ni a la explotación de la casa coún. Si al encuentro entre los pueblos y las culturas. Dios abate las distancias”. El Papa recorrió el estadio con un carrito de golf para saludar a los fieles que llegaron desde todo el país algunos viajando durane varios días.
Bergoglio concluyó que “el Señor quiere aceercarse a ustedes, abatir las distancias y hacerlos sentir que están en el centro de su corazón y que cada uno es importante para él.”. Tras la misa en el estdadio, el Papa se dirigió al aeropuerto local para abordar el avión que lo llevó a Vánimo.