El Papa Francisco partió contento este viernes desde Singapur, donde concluyó una gira de 12 días en cuatro países del sudeste de Asia y Oceanía, el viaje más largo y lejano de su pontificado. El argentino, de casi 88 años (le faltan solo tres meses), superó en buen estado de salud la difícil prueba y se estima que después de 11 horas de vuelo llegará a Roma a las 18.25 (13.25 de Argentina).
Antes de emprender su regreso, por la mañana, Francisco visitó un hogar de ancianos muy pobres. Después, pronunció un discurso pleno de humor en una escuela católica ante 600 jóvenes de diversas religiones, a los que exhortó a no ser “esclavos de las tecnologías”.
“Tomen riesgos, salgan afuera”, les recomendó y bromeando les dijo que “un joven que tiene miedo y no toma riesgos es un viejo”, según la agencia AFP.
Había ciertos temores acerca de los problemas de salud que podían afectar en un viaje tan empeñativo de más de 32.000 kilómetros. Pero Francisco, alegre en muchos momentos, pronunció en la gira por cuatro países de Asia y Oceanía 16 discursos, tuvo múltiples actos oficiales, cambios en los horarios de un país respecto al siguiente y un fuerte calor tropical. Nada le afectó seriamente.
Su estado se advirtió sobre todo en el punto culminante de su gira, durante la multitudinaria misa ante 600 mil fieles en Dili, la capital de Timor Oriental, país de 1,3 millones de habitantes al 95% católicos.
En varias ocasiones, especialmente cuando se encontraba con jóvenes, reacciono con vivacidad y buen humor, y se hizo traducir lo que le leían y decían.
El portavoz vaticano Matteo Bruni dijo que “más que concentrarse en la fatiga insiste en la alegría durante estas visitas y esto es lo que le permite seguir adelante”.
Otra fuente vaticana dijo a la AFP que “para el Papa se vive al 100%, con el riesgo de no prestar atención a uno mismo”.
Francisco abordó un abanico de temas importantes. Dialogó con el Islam en Indonesia, primera etapa de su gira, que con 270 millones de habitantes es el país con más musulmanes en el mundo, habló tanto de los niños y condenó los abusos en Timor Oriental, auspició la protección del medio ambiente en Papua nueva Ginea y la defensa de los derechos de los trabajadores en Singapur.
En Papúa visitó el pueblo remoto de Vánimo en la zona selvática, a mil kilómetros de distancia que recorrió en avión, encontró a miles de fieles y a siete misioneros argentinos que desarrollan una gran labor. Allí escuchó y aplaudió una orquesta infantil, la única existente en el país, creada por uno de los misioneros argentinos.
El Papa tiene en agenda un viaje internacional desde el 26 de este mes con cuatro días en Luxemburgo y Bélgica,y una visita a París para inaugurar la reconstrucción de la incendiada catedral de Notre Dame.
En octubre también debe presidir la Asamblea General del Sinodo de los Obispos sobre el futuro de la Iglesia Católica.