En su primer discurso en Papúa Nueva Guinea, país de Oceanía al norte de Australia y el segundo de los cuatro en su gira por cuatro países, el Papa reclamó una “explotación justa de los recursos naturales para preservar el bienestar de todos” en un país empobrecido de 12 millones de habitantes, según las últimas cifras, en el que un cuarto de la población vive por debajo de la línea de pobreza.
Solo el diez por ciento de la población tiene electricidad en sus viviendas, lo que hace sospechar que la pobreza es mayor de lo que dicen las cifras oficiales.
Al gobernador de Papúa, los altos dignatarios nacionales y lideres sociales presentes, Francisco les dijo que “además de las islas e idiomas (más de 800) es también también rico en recursos de la tierra y de las aguas”.
“Estos bienes están destinados por Dios a toda la colectividad”, agregó.
La población no se ha beneficiado con la gran riqueza de oro, cobre, níquel, gas natural y madera del país, en parte explotado por grandes multinacionales.
Un informe reciente del Banco Mundial afirmó que el producto bruto interno per capita creció en más de un tercio entre 2009 y 2018, pero el porcentaje de personas de personas que vivían con menos de dos dólares diarios se mantuvo.
Francisco pidió hoy a las autoridades de Papúa que actúen para cambiar las cosas. “Que se tenga debidamente en cuenta en la distribución de los ingresos y la utilización de la mano de obra, las necesidades de las poblaciones locales de manera que se produzca una mejora efectiva de sus condiciones de vida”.
La difícil situación social fomenta las recurrentes violencias tribales. “Hago votos por el cese de las agresiones tribales. Apelo al sentido de responsabilidad de todos para que se detenga la espiral de violencia”, pidió el jerarca del Vaticano.
A su vez, el gobernador papuano Bob Daras pidió en su intervención la ayuda para “concientizar al mundo de los grandes efectos del cambio climático” que sufre el país.
“Santidad, el cambio climático es real. El aumento del nivel del mar está afectando los medios de vida de nuestra gente en las remotas islas de Papúa Nueva Guinea y el Pacífico”, lamento en el Apec House de Port Moresby, donde se realizó el primer encuentro del Papa en este país.
El gobernador Daras dijo que “apreciamos el trabajo de sus misioneros, pero también pedimos sus oraciones y el apoyo para la acción y el compromiso global”.
Daras explicó el drama de que el cambio climático y el consecuente alzamiento de los océanos está provocando en Papúa Nueva Guinea el hundimiento de numerosas islas, así como intensificando y haciendo más frecuentes los fenómenos atmosféricos como las «inundaciones, las sequías y heladas más frecuentes e intensas”.
“Todo esto está intensificando las condiciones y los problemas subyacentes, como la escaces de recursos, la pobreza, las disputas sobre las tierras y desplazamientos internos”, explicó el gobernador.
En su discurso, el Papa indicó que “es necesaria una gran responsabilidad de gobernantes y ciudadanos juntos, para favorecer todas las iniciativas oportunas par valorizar los recursos naturales y los recursos humanos, de tal modo que se pueda dar vida a un desarrollo sostenible y equitativo que promueva el bienestar de todos, sin excluir a nadie”.