El líder adjunto de Hezbollah, Naim Kassem, dijo este lunes que está listo para una ofensiva terrestre israelí, mientras Israel continuó con ataques aéreos en todo el Líbano, después de que buena parte de su cúpula fuera asesinada, incluido su histórico líder, Hassan Nasrallah. El primer ministro israelí Benjamín Netanytahu describió su ofensiva en el Líbano como «días de éxito históricos».
Israel «está en guerra por su propia existencia» y «estamos haciendo el trabajo que el pueblo de Israel y generaciones de israelíes esperan que hagamos», dijo al comienzo de su reunión de gabinete. Israel está viviendo «días de éxitos históricos, pero también de grandes desafíos que aún nos esperan», aclaró, según Haaretz.
El primer ministro israelí agradeció a los ciudadanos de Israel «por mantenerse firmes» y afirmó que «si unimos fuerzas y vamos de la mano, derrotaremos a nuestros enemigos».
Mensaje el «gran pueblo persa»
Netanyahu también envió un mensaje al pueblo iraní, al que llamó en inglés «el noble pueblo persa»: «No hay lugar en Oriente Medio al que Israel no pueda llegar», les dijo.
En su declaración en inglés, agregó que el régimen de Teherán «hunde a nuestra región más profundamente en la oscuridad y más profundamente en la guerra».
«Cada día, sus marionetas son eliminadas. Pregunten a Mohammed Deif (jefe del brazo armado del movimiento islamista palestino Hamas, a quien Israel asegura haber matado en julio en Gaza). Pregunten a (Hassan) Nasrallah (el jefe de Hezbollah abatido el viernes en Líbano por Israel). No hay lugar en Oriente Medio al que Israel no pueda llegar», sostuvo Netanyahu.
«A cada momento, el régimen los acerca al abismo, a ustedes, al noble pueblo persa. La gran mayoría de los iraníes sabe que su régimen no se preocupa por ellos en lo más mínimo», atizó.
Las declaraciones de Netanyahu se produjeron horas después de que el portavoz de la cancillería iraní indicara que su país no tiene previsto desplegar combatientes ni en Líbano ni en Gaza para enfrentarse a Israel.
Ataques al Líbano e incursión terrestre
Mientras Israel continuaba este lunes a con ataques aéreos en todo el Líbano, Kassem ofrecía el primer discurso de un funcionarios de alto rango desde la muerte de Nasrallah.
Al mismo tiempo, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, afirmaba que las tropas cerca de la frontera libanesa están preparadas para utilizar fuerzas «del aire, mar y tierra».
Según el diario The Washington Post, Israel informó a Estados Unidos que está planeando una operación terrestre limitada en el Líbano que podría comenzar de inmediato. El diario cita a un funcionario estadounidense.
Estados Unidos cree que Israel podría lanzar «en breve» en el sur de Líbano una incursión terrestre más moderada de lo planeado originalmente, dijeron funcionarios estadounidenses a CNN.
La operación tendría como objetivo la infraestructura de Hezbollah cerca de la frontera con Israel.
Según el WP, la campaña planeada por Israel sería más pequeña que su última guerra contra Hezbollah en 2006 y se centraría en limpiar la infraestructura militante a lo largo de la frontera para eliminar la amenaza a las comunidades fronterizas israelíes. Francia pidió frenar cualquier tipo de campaña terrestre.
Los bombardeos israelíes han matado a Nasrallah y seis de sus comandantes en los últimos 10 días, y han golpeado lo que el Ejército describe como miles de objetivos militares en gran parte de Líbano. Más de 1.000 personas han muerto en Líbano, de las que casi un cuarto eran mujeres y niños, según el Ministerio de Salud, y el gobierno dice que los combates podrían haber desplazado a hasta un millón de personas.
Solo el domingo, 45 personas murieron en bombardeos israelíes en Ain al-Delb, en el sur libanés. El lunes por la mañana, un ataque aéreo golpeó un edificio residencial en el centro de Beirut, donde destruyó un apartamento y dañó otros. Tres milicianos palestinos murieron en el ataque, que parecía transmitir un mensaje israelí de que ninguna parte de Líbano estaba vedada.
Pese al duro golpe que ha recibido Hezbollah, el líder en funciones del grupo, Naim Kassem, dijo en su primer discurso en un mensaje televisado, que si Israel decide lanzar una ofensiva por tierra, los combatientes de Hezbollah están listos para pelear y defender Líbano.
“Israel no pudo afectar a nuestra capacidad (militar)”, dijo Kassem. “Hay vicecomandantes y hay reemplazos en caso de que un comandante resulte herido en cualquier puesto”.
El grupo entiende que “la batalla podría ser larga”, añadió.
Como vicesecretario general, Naim Kassem es ahora el líder en funciones del grupo político y militar hasta que se elija un sustituto para Nasrallah, aunque medio como Al Arabiya y Haaretz aseguraban este domingo que el clérigo Hashem Saffiedine ya fue elegido jefe del Consejo Ejecutivo del grupo shiíta.
Hezbollah ha incrementado de forma significativa sus ataques de cohetes en la última semana y ahora lanza cientos al día, pero la mayoría han sido interceptados o cayeron en espacios abiertos. Varias personas han resultado heridas en Israel. No se han producido muertes desde que dos soldados murieron cerca de la frontera el 19 de septiembre.
Kassem añadió que pese a los asesinatos de mandos militares de Hezbollah en los últimos meses, Hezbollah opera con nuevos comandantes.
Hace apenas dos semanas, un ataque similar fuera de las zonas principales donde opera Hezbollah y junto a un importante núcleo de transportes se habría considerado como una escalada y probablemente se habría visto seguida por un ataque de largo alcance de Hezbollah contra Israel. Pero las reglas implícitas del arraigado conflicto, al igual que la capacidad de respuesta de Hezbollah, ya no estaban claras.
Israel no reivindicó el ataque del lunes, aunque la opinión mayoritaria era que se trataba de una operación israelí.
Es posible que Hezbollah se esté conteniendo para evitar una escalada mayor, que podría incluir una invasión terrestre con la que ha amenazado Israel. Pero el grupo armado también podría estar desorganizado después de que la inteligencia israelí pareciera haberse infiltrado hasta sus niveles más altos.
El ataque del lunes de madrugada mató a tres miembros del Frente Popular para la Liberación de Palestina, una pequeña facción de izquierdas que no ha participado de forma significativa en los combates de los últimos meses entre Israel y Hezbollah.
En la última semana, Israel ha atacado con frecuencia los suburbios sureños de Beirut, donde Hezbollah tiene una amplia presencia, lo que incluye el enorme ataque del viernes que mató a Nasrallah. Sin embargo, no había golpeado lugares más cerca del centro de la ciudad.
Hezbollah empezó a lanzar cohetes, drones y misiles al norte de Israel después de que el ataque de Hamas del 7 de octubre desde Gaza a Israel desencadenara la guerra allí. Hezbollah y Hamas son aliados que cuentan con apoyo de Irán, y Hezbollah dijo que continuaría sus ataques en solidaridad con los palestinos hasta que hubiera un cese el fuego en Gaza.
Israel ha respondido a los cohetes con ataques aéreos en Líbano, donde tiene su base Hezbollah, y los combates han escalado de forma progresiva en el último año, desplazando a decenas de miles de personas a ambos lados de la frontera. Israel ha prometido seguir luchando hasta que los ataques se detengan y sus ciudadanos puedan volver a sus casas.
Estados Unidos y sus aliados han pedido un cese el fuego y aspiran a evitar una nueva escalada que pueda incluir a Irán y desencadenar una guerra más amplia. Pero el primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha mostrado escaso interés mientras su país acumula logros militares contra un viejo enemigo.
Algunos israelíes estallaron en celebraciones espontáneas cuando se anunció la muerte de Nasrallah. En internet circulaban videos de gente en bares cantando una canción en hebreo que se burlaba de él. Un presentador de televisión en una cadena afín a Netanyahu cantó y bailó y el público en el estudio se le sumó, mientras que un comentarista en la televisora más grande de Israel ofreció a los invitados del programa bebidas de celebración.
Hezbollah, que presume de tener decenas de miles de combatientes experimentados y misiles de largo alcance capaces de llegar cualquier punto de Israel, estaba considerada desde hacía mucho como la fuerza miliciana más fuerte de la región y un socio clave de Irán a la hora de amenazar y disuadir a Israel. Hezbollah e Israel libraron una guerra de un mes que terminó en tablas en 2006.
Sin embargo, el grupo nunca ha enfrentado una ofensiva como esta, que comenzó con un sofisticado ataque a sus bípers y walkie-talkies a mediados de septiembre que mató a decenas de personas e hirió a unas 3.000, incluidos muchos combatientes pero también muchos civiles.
El vocero de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo que los ataques israelíes en Líbano habían “eliminado” la estructura de mando de Hezbollah, pero advirtió que el grupo la reconstruiría con rapidez.
“Estamos atentos para ver qué hacen para intentar llenar este vacío de liderazgo. Va a ser duro”, dijo el domingo al programa de CNN “State of the Union”.