Con su gorra de vasco negro, su sotana marrón capuccina, sus organizaciones de caridad internacionales, el Abate Pierre era la imagen francesa de un gran sacerdote católico, de un modelo de humanidad.
Este hijo de una rica familia textil, que comerciaba seda en Lyon, nació bajo el nombre de Henri Groués. Resistente en la Segunda Guerra Mundial, fundador del movimiento Emaús y la fundación Abbé Pierre para dar alojamiento a los más desfavorecidos y a los sin abrigo, creó una economía social y solidaria en Francia. Todos donaban a su fundación. Era un ícono. Fue el padre de la ley que impide desalojar de un departamento a un inquilino en pleno invierno. En 1963 convaleció en Argentina.
Sus exequias se celebraron en la catedral de Notre Dame de París. Estuvieron presentes Jacques Chirac, Valery Giscard DÉstaing, Nicolás Sarkozy, Dominique de Villepin entre otros presidentes y personalidades políticas. Muchos pidieron que su ataúd fueron trasladado al Panteón de los héroes en París.
Diescisiete años después de su muerte el 22 de enero del 2007, los 94 años, en el hospital de Val de Grace, se ha descubierto que el Abbé Pierre era un depredador sexual, entre los años 1970 y el 2005, incluyendo a una menor de 9 años.
Veinticuatro mujeres acusan ahora al Abbé Pierre de violencia sexual. Estas revelaciones salieron a la luz después de que una ex víctima se pusiera en contacto con las asociaciones, fundadas por el sacerdote fallecido en 2007, Emaús Internacional, Emaús Francia y la Fundación Abbé Pierre.
Desde julio se han ido acumulando las denuncias. Sugieren que el equipo que rodeaba al abad no pudo no haber estado al tanto de sus acciones. El abad Pierre «no pudo esconderse. Necesariamente hay decenas de personas que vieron» y «no dijeron nada», señaló Véronique Margron, presidenta de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Francia (Corref).
Cartas reveladoras
Las cartas descubiertas este lunes por la unidad de investigación de Radio France confirman esta convicción. En algunas de sus cartas, el Abbate Pierre aparece incluso amenazador con sus interlocutores, que visiblemente han intentado confrontarlo con sus acciones.
«Sepa que ninguna recurrencia quedará sin respuesta y, si es necesario, (mis respuestas serán) brutales, quirúrgicas», escribió en 1955 a un estudiante estadounidense, que había coorganizado una estancia del abad en Estados Unidos.
El estudiante había intentado avisar por correo a alguien cercano al sacerdote, después de este viaje: “Vi tantas cosas durante el viaje, modos de actuar del Padre como individuo”, había escrito el joven en una carta, sin mencionar explícitamente que el abad pudo haber agredido sexualmente a mujeres.
En este intercambio, sin embargo, se indica que durante el viaje a Chicago se había decidido que el abad ya no estaría solo. Sin embargo, había desaparecido durante horas. Finalmente, la estancia fue interrumpida, a petición de un teólogo católico francés, Jacques Maritain.
Denuncias y huida
En esa fecha, ¿se había denunciado ante el episcopado francés el comportamiento depredador del que se acusaba al Abad Pierre? Sí, según investigadores de la Comisión Independiente sobre los Abusos Sexuales en la Iglesia (Ciase), recuerdan periodistas de Radio France, basándose en una columna de los mismos investigadores en el periódico Le Monde.
La Iglesia habría encontrado entonces una solución: enviar al abad a recibir tratamiento médico y luego psiquiátrico a Suiza (1957-1958). “En cuanto a su retiro espiritual en Béni Abbès (1961), sigue la lógica de la reforma conductual aplicada por la Iglesia a los sacerdotes desviados de su misión y a los agresores sexuales”, indicaron también los investigadores del Ciase.
Sin embargo, esto no habría frenado al abad, Henri Grouès, como figura en el registro civil. En 1959, en otra carta descubierta por la unidad de investigación de Radio France, el religioso se defendió de tales acciones: “Todas son falsas estas acusaciones”, respondió a un cardenal de Quebec, cuando todavía era acusado de haber agredido a mujeres durante una estancia en esa región de Canadá.
“Nunca ha existido este tipo de miseria. Nunca ha existido en ningún lugar. Ninguna de estas miserables acciones policiales de las que usted habló. Si se requiere más de mi palabra, puedo jurarle», jura incluso, amenazando con procesarlo “ante los tribunales». Durante esta estancia, se le pidió nuevamente que regresara rápidamente a Francia.
¿Encubrimiento?
En otras palabras, la Iglesia y Emaús no podían no saberlo. “Uno o varios obispos pueden haber sabido cosas y quizás haberlas tratado insuficientemente en su tiempo. No todos los obispos, a lo largo del tiempo, han sabido todo sobre el abad Pierre, ni mucho menos», sostuvo la Conferencia de Obispos de Francia (CEF) a Radio France.
En Emaús, los testimonios son divergentes. Pero se dice que se había aprobado la orden de no dejar al abad solo con las mujeres, según la investigación de Radio France.
“Varias personas fueron informadas de que el Abbate Pierre tenía un comportamiento inadecuado hacia las mujeres, sin necesariamente ser conscientes de la realidad de la violencia cometida”, coincide también el estudio privado Egaé, que revela los testimonios de mujeres víctimas de esta violencia desde el mes de julio.
«Shock» en Emaús
Adrien Chaboche, delegado general de Emaús Internacional, habló este lunes en RTL. Volvió a las acusaciones de agresión sexual contra el Abbad Pierre, fundador de la asociación de solidaridad.
«Una enorme decepción y un shock muy fuerte» dijo.
Las sucesivas oleadas de acusaciones de agresión sexual contra el Abbé Pierre han dejado en shock a la sociedad francesa y a las asociaciones vinculadas al sacerdote, que durante décadas fue el rostro de la solidaridad.
Adrien Chaboche, delegado general de Emaús Internacional, declaró a la radio: “A partir de ahora, el Abbé Pierre es para todos, pero especialmente para las personas que han sido víctimas de violencia en su vida, la imagen de un depredador sexual”.
Según un informe de la firma especializada Egaé, publicado el viernes 6 de septiembre, se identificaron 17 nuevos testimonios de agresión sexual, que se suman a los siete ya recogidos unas semanas antes.
Estos testimonios relatan «contactos no solicitados sobre los senos», «besos forzados», «felaciones forzadas», «contactos sexuales repetidos con una persona vulnerable», «actos repetidos de penetración sexual» o incluso «agresiones sexuales por contacto a un niño». Se trata de mujeres que eran mayores de edad o menores de edad al momento de los hechos.
Ante estas revelaciones, Adrien Chaboche expresó «una inmensa decepción». Un «impacto muy fuerte ante la gravedad de estos hechos». Piensa ,en primer lugar, en las víctimas, en particular en la menor.
“Lo que sabíamos, los actuales dirigentes de Emaús, era que el Abbé Pierre había tenido una vida sexual y relaciones con mujeres. Pero no imaginamos ni por un momento que se trataba de una cuestión de violencia. Esto, para nosotros, es un verdadero shock y un verdadero descubrimiento”, afirmó.
Cambio de nombre
El viernes, la Fundación Abbé Pierre anunció un cambio de nombre para demostrar su «apoyo total» a las víctimas del hombre fallecido en enero de 2007. Al mismo tiempo, Emaús inició el cierre definitivo del lugar en su memoria situado en Normandía.
Una distancia que podría continuar, como explicó Adrien Chaboche. «Emaús Francia ha iniciado un proceso de consulta a su asamblea general sobre la modificación del logo que hace referencia al fundador. Habrá un cambio en los estatutos , ya que es su nombre oficial, ‘Emaús Francia Fundación Abbé Pierre», dijo.
Este nombre podría simplemente borrarse. Pero esta decisión corresponde a los distintos órganos de la organización. Un trabajo de conciencia a escala individual y local. Una cosa es segura: la imagen del Abbé Pierre no permanecerá intacta.
“Estamos profundamente decepcionados. La palabra no es lo suficientemente fuerte ante la incomprensión de que un hombre que entendió tan bien las cuestiones de la dignidad humana y tan bien portó fuertes valores de humanidad y solidaridad pudo mostrarse catastróficamente desastroso y violento en su relación con las mujeres», lamentó el delegado general de Emaús.