La historia se repite en Estados Unidos en forma de espanto. Adolescentes atormentados revisan los armarios y roperos de sus casas, donde su familia suelen guardar armas y hasta pequeños arsenales, agarran un rifle y se dirigen a la escuela o algún sitio a cometer una matanza. Tan sencillo y dramático a la vez.
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Afirman que hay varias víctimas con heridas de bala y un detenido.
Pero ahora la justicia estadounidense parece estar dispuesta a ir con fuerza más allá de los jóvenes asesinos: el padre del adolescente de 14 años arrestado por matar a dos compañeros y dos profesores el miércoles en una escuela de Georgia fue detenido y acusado de graves cargos por haber permitido que su hijo accediera a un arma.
De hecho, se la había regalado para Navidad en 2023, incluso después de que las autoridades lo entrevistaran porque el chico había amenazado el año pasado con atacar una escuela.
«Cargos históricos»
Los delitos de los que se acusa a Colin Gray, de 54 años, son históricos en Estados Unidos porque son los más graves cargos presentados alguna vez contra un progenitor de un chico que cometió una matanza: cuatro homicidios involuntarios, dos homicidios en segundo grado y ocho cargos de crueldad hacia los niños, informó la Oficina de Investigaciones de Georgia.
“Estos cargos se derivan de que el señor Gray le permitió a sabiendas a su hijo, Colt, poseer un arma”, dijo el director de la GBI, Chris Hosey, en una publicación en redes sociales. «Sus cargos están relacionados directamente con las acciones de su hijo, y el permitirle poseer un arma”.
Las autoridades, además, acusaron al chico como un adulto por el delito de homicidio en los tiroteos del miércoles en la secundaria Apalachee, en las afueras de Atlanta.
Para cometer su matanza, el chico utilizó un rifle semiautomático AR-15, que es una de las armas de asalto más populares en Estados Unidos y que, según fuentes de la investigación dijeron a CNN, el padre dijo que se la había regalado a su hijo en la Navidad del año pasado.
Según consigna The Washington Post, uno de cada 20 estadounidenses posee una de esas armas en su casa. Además, este tipo de rifle fue utilizado en al menos 10 de las 17 masacres más sangrientas en el país. No parece casualidad que el chico se llamara Colt, igual que la empresa fabricante de armas y que también produce el AR15.
Había señales de advertencia antes del ataque del miércoles, según funcionarios policiales y familiares. Y eso seguramente determinó el rápido arresto del padre.
En mayo del año pasado, los investigadores locales entrevistaron a Gray y a su hijo porque habían recibido denuncias anónimas sobre unas presuntas amenazas online que el adolescente había hecho en la plataforma Discord, en las que decía que estaba pensando en disparar en una escuela, acusaciones que Colt Gray negó en ese momento.
Las autoridades decidieron que la situación no revestía peligro y dejaron pasar la alerta. Igualmente el padre, que ya tenía varias armas en su haber, le compró a fin de año al chico un AR 15 como regalo de Navidad.
Padre e hijo vivían solos
El papá, que se dedica a la construcción, y el chico vivían solos en la casa, luego de que los padres se separaran y la madre se fuera con sus hermanas. Algunos vecinos dijeron que el chico estaba casi siempre solo, pasaba hambre y que solía ausentarse de la escuela por meses.
Poco después de que trascendiera la identidad del tirador, la tía del chico, Annie Brown, dijo a The Washington Post que Colt había estado «rogando» a los adultos que lo rodeaban por apoyo de salud mental en los últimos meses. Incluso antes de que las autoridades arrestaran al padre, el abuelo del adolescente, Charles Polhamus, dijo que quería que Colin Gray también fuera acusado. “Mi nieto hizo lo que hizo por el ambiente en el que vivía”. «Si no tuviera una maldita pistola», dijo Polhamus, «no habría ido a matar a nadie».
Según dijeron fuentes a la CNN, en una revisión que los investigadores hicieron en la casa de los Gray encontraron documentos que se creían que habían sido escritos por el chico y que hacían referencia a matanzas anteriores en escuelas.
No es la primera vez que se presentan cargos contra la familia de un atacante. Meses atrás, una madre y un padre en Michigan se convirtieron en los primeros padres de un tirador escolar condenados por homicidio involuntario, un delito menos grave que el asesinato en segundo grado.
En el caso de Michigan, los investigadores descubrieron que meses antes, James y Jennifer Crumbley le habían comprado un arma a su hijo de 15 años, no la guardaron bajo llave e ignoraron las señales de advertencia flagrantes antes de que abriera fuego en Oxford High en Michigan, matando a cuatro estudiantes. En juicios separados, cada uno fue declarado culpable y sentenciado a entre 10 y 15 años de prisión, el máximo permitido.
«El conjunto de hechos parece tan similar y es increíblemente difícil verlo repetirse», dijo Karen McDonald, la fiscal del condado de Oakland que dirigió el caso de Michigan. «Mi esperanza más sincera era que nunca se tenga que acusar a más padres en otro tiroteo escolar. Asegurar un arma de fuego toma menos de 10 segundos. Se hubieran salvado la vida de cuatro personas».
La dura acusación del padre de Colt Gray es observada con bastante sorpresa dado que Georgia es un estado conservador, con una política más laxa respecto de las armas que en otros estados.