Los mercados brasileños se encaminaban a su peor semana en dos años, después de que un esperado plan de recorte del gasto público aumentara el nerviosismo por el presupuesto del país. El real cayó hasta un 1,6% el viernes, perdiéndose el rally de las monedas emergentes. Pero luego se recuperó.
La dólar que alcanzó los 6,11 reales (frente a los 6,02 del jueves) se mantuvo estable pasado el mediodía de este viernes a 5,9954 reales. El alivió llegó luego de que el presidente del Senado y de la camara de Diputados reafirmaron el comproniso del Congreso con la responsabilidad fiscal. Un plan presentado el día anterior por el gobierno había dejado disconformes a los mercados, al considerarolo insuficiente y tardío.
El índice de la bolsa, Ivobespa, también reviritó su caída y comenzó a subir en las primeras horas de la tarde un 0,18%.
Los inversionistas se han apresurado a deshacerse de los activos brasileños este año ante la preocupación por los crecientes niveles de deuda de la nación, mientras el presidente Luiz Inácio Lula da Silva aumenta el gasto para cumplir las promesas de mejorar el nivel de vida de los brasileños pobres.
Datos publicados el viernes revelaron que el déficit presupuestario nominal de la nación aumentó a 74.680 millones de reales en octubre, frente a los 53.800 millones de reales del mes anterior. Los economistas proyectaban un déficit de 50.100 millones de reales.
Un plan insuficiente
El esperado plan presentado por el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, para recortar 70.000 millones de reales (US$11.600 millones) del gasto público hasta 2026 fue considerado insuficiente para estabilizar el creciente déficit fiscal.
“Lula está adoptando exactamente la misma estrategia que en sus anteriores mandatos, y el mercado se está cansando de esto”, dijo Eduardo Moutinho, analista de divisas de Ebury. “Las promesas de recortes del gasto se han recibido con escepticismo, y la falta de detalles deja margen para sorpresas aún más negativas”.
La creciente desconfianza en el compromiso fiscal del gobierno afectó las expectativas de inflación, empujando al banco central a subir las tasas de interés justo cuando la Reserva Federal de Estados Unidos relaja su política monetaria. Las tasas swap se han disparado, y los mercados prevén un aumento de 88 puntos básicos de la tasa Selic en diciembre y de otros 91 puntos en enero.
Gabriel Galipolo, quien asumirá el cargo de presidente del Banco Central de Brasil el próximo año, declaró a última hora del jueves que a la autoridad monetaria le preocupan las expectativas de inflación no ancladas y que Brasil podría necesitar tasas más altas durante más tiempo. El jueves, JPMorgan pronosticó que la Selic alcanzará el 14,25% al final del ciclo de endurecimiento, frente a una previsión anterior del 13%. Los costos de endeudamiento se sitúan actualmente en el 11,25%.
La caída de los mercados brasileños también se produce en medio de un descenso generalizado de los activos emergentes tras la elección de Donald Trump en Estados Unidos anticipándose a aumentos de tasas a nivel mundial y un dólar más fuerte. Pero destaca la venta masiva de activos locales: el real ha perdido un 20% este año, el peor desempeño entre las principales monedas y las de países en desarrollo. El índice bursátil Ibovespa ha cedido más de un 7% este año, también por detrás de las acciones de los mercados emergentes y de la mayoría de los índices de referencia mundiales.