Los bomberos de Grecia luchaban contra fuegos dispersos a primera hora del martes con la esperanza de contener los restos del gran incendio forestal que arrasó los suburbios del norte de la capital, Atenas, provocó evacuaciones y causó al menos un muerto.
Los fuertes vientos que avivaron las llamas el domingo y el lunes amainaron durante la noche, lo que llevó a los bomberos a declarar que ya no había frentes activos y en avance y les permitió concentrar sus esfuerzos en extinguir las llamas en cientos de zonas de combustión lenta.
Se esperaba la llegada de más aviones y bomberos de otros países luego de que Atenas pidió ayuda al mecanismo conjunto de respuesta a catástrofes de la Unión Europea.
Las autoridades trabajaban contra el tiempo para avanzar lo máximo posible antes del martes por la tarde, cuando se espera que los vientos vuelvan a arreciar con rachas de entre 60 y 70 kilómetros por hora.
El incendio que se declaró el domingo en la localidad del Varnava, al noreste de Atenas vuelve a poner el foco si Grecia está o no preparada contra los incendios forestales y el cambio climático.
Avivado por el viento, el fuego se convirtió en un frente de 30 kilómetros de llamas que en algunos puntos superaban los 25 metros de altura, según la cadena ERT.
Los vecinos de los suburbios del norte de la ciudad han sido testigos, una vez más, de cómo las llamas devoraban el pulmón verde de la región que acoge a la mitad de la población griega.
“La situación es muy difícil. Cada año vamos a peor, a mucho peor. Aquí en el centro del país, en el Ática el fuego ha llegado a lugares y barrios que nunca habíamos imaginado que podría llegar. Tenemos miedo de perderlo todo”, explica a RFI Christos, vecino del barrio de Kifisiá, al norte de Atenas, y uno de los suburbios del Ática que más incendios han sufrido en los últimos años.
“Ayer pasé mucho miedo porque de repente se oscureció el cielo y pensé, esto es fuego. Y me asusté mucho porque vivo en el centro de Atenas y no sabía de dónde venía esto”, señala María Dolores Domenech, una española que lleva dos años residiendo en el centro de Atenas.
Aunque en los últimos meses el gobierno de Kyriakos Mitsotakis ha ampliado la flota de hidroaviones y ha aumentado las penas y multas para los pirómanos que provoquen incendios forestales, muchos ciudadanos siguen pensando que las medidas son insuficientes y que el país no está preparado para las consecuencias del cambio climático.
Ayuda internacional
Francia, Italia, República Checa, Turquía, Serbia y Rumanía enviaron hidroaviones, bomberos y vehículos para reforzar las labores de extinción. El ministro turco de Agricultura, Ibrahim Yumakli, indicó que dos aviones y un helicóptero habían despegado el martes en la mañana desde el país rumbo a Grecia.
“Le deseo todo lo mejor a nuestros colegas que trabajan bajo el lema ‘Los bosques son el patrimonio común del mundo’», afirmó Yumakli en la red social X.
La relación entre Atenas y Ankara suelen ser tensas, con disputas que incluyen reclamos territoriales en el mar Egeo, pero los vecinos suelen dejar a un lado sus diferencias cuando ocurren desastres naturales como terremotos o incendios y se envían ayuda mutuamente.
El incendio comenzó el domingo por la tarde cerca del lago Maratón, a unos 35 kilómetros al noreste de Atenas, avanzó por el monte Pendeli y se propagó por el norte y el noreste de la capital griega.
Víctimas
Los bomberos encontraron el cuerpo calcinado de una mujer en un edificio industrial del suburbio de Vrilissia poco después de la medianoche. Se cree que era una empleada que quedó atrapada en el interior del inmueble, ubicado en una zona con orden de evacuación. Más de una docena de personas fueron atendidas por los paramédicos, la mayoría por inhalación de humo, y cinco bomberos sufrieron quemaduras leves y problemas respiratorios, de acuerdo con el departamento.
Tres hospitales, uno de ellos infantil, dos monasterios y una residencia infantil fueron evacuados el lunes por la tarde. Se enviaron al menos 30 alertas a los celulares de los residentes en varios suburbios de Atenas y en lugares más alejados apara que huyeran.
Las llamas, que alcanzaron una altura de alrededor de 25 metros, se vieron avivadas por los fuertes vientos del lunes, que dificultaron un operativo que contaba con 700 efectivos y casi tres docenas de aviones y helicópteros.
Seis aviones y otros tantos helicópteros despegaron a primera hora de la mañana del martes para respaldar a los cientos de bomberos que trabajaban sobre el terreno, explicó el departamento. Decenas de viviendas y negocios se han quemado, pero por el momento no había una cifra oficial.
El fuego avanzó por los pinares, que estaban secos luego de las repetidas olas de calor de este verano. Junio y julio fueron los meses más calurosos jamás registrados en Grecia, que también vivió el invierno más cálido de su historia.
Sospechosos detenidos
El departamento de bomberos reportó el martes la detención de dos adolescentes en la víspera como sospechosos de provocar un fuego en Glyfada, un suburbio del sur de Atenas, cuando los bomberos estaban centrados en combatir las llamas en el norte de la ciudad. El incendio de Glyfada se extinguió rápidamente.
Aunque los incendios forestales son habituales en el país mediterráneo durante sus calurosos y secos veranos, las autoridades indicaron que el cambio climático causa fuegos más grandes y frecuentes.
En 2018, un incendio de grandes dimensiones arrasó la ciudad costera de Mati, al este de Atenas, y atrapó a residentes en sus casas y en la carretera cuando intentaban huir. Hubo más de un centenar de muertos, incluyendo algunos que se ahogaron al tratar de escapar a nado de las llamas.
El año pasado, 20 personas perdieron la vida a causa de los incendios registrados en el país, entre ellas 18 migrantes que quedaron atrapados por las llamas cuando recorrían a pie un bosque en el noreste.