Durante la campaña electoral, los dos candidatos a la presidencia de Uruguay solo habían adelantado a un miembro de sus posibles gabinetes: al ministro de Economía. Desde este lunes el país tendrá los mismos desafíos especialmente en la economía por ser caro en dólares, precios muy altos en algunos productos y el problema de la edad de la población que se les adelantó 20 años.
Uno de los temas que incluso se coló en la magra campaña electoral fue el de la pobreza infantil. La pobreza es del 10,1% -tal vez deseable para los números de Argentina- pero dentro de ese total el 18,8 % lo conforman los menores hasta los 14 años y llega al 15,3% entre los que van de 14 a 24 años.
“Hay niveles de pobreza infantil que no son graves para lo que el país pretende ser, pero hay niveles de acceso a la vivienda que son bajos, carencias en educación, hay muchos servicios que tienen que mejorar para poder avanzar en el desarrollo y eso está planteado en el programa de todos dos partidos”, le remarcó a Clarín Ignacio Munyo, director ejecutivo de la consultora Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES).
Pero aparte tiene otro problema, que el ex presidente José “Pepe” Mujica definió ante este cronista como: “Somos un país de viejos”. Uruguay tiene más muertes que nacimientos por año, una problemática que se les adelantó dos décadas. Según los datos del Censo 2023, los nacimientos se ubicaron en 32 mil y las muertes en 39 mil, una tasa de crecimiento natural negativa. El número representa 15 mil nacimientos menos que en 2015. El número llevo al director Instituto Nacional de Estadísticas de Uruguay, Diego Aboal, a hablar de que en un mediano plazo hasta habría que pensar en cerrar escuelas.
“En promedio cada mujer en Uruguay tiene 1,3 hijos, tendría que llegar a 2,1 para sostener la población”, sostuvo Aboal.
Eso llevó al Gobierno de Luis Lacalle Pou a impulsar una reforma jubilatoria que llevó la edad de retiro de 60 a 65 años. El sistema previsional que sigue con déficit, menos que antes, pero la política sabe que es uno de los desafíos pendientes.
Pero hay más. «Hay un déficit fiscal elevado, cuatro y medio del PBI, una deuda pública que es más alta que hace cinco años», remarca Munyo.
Entre los economistas críticos del gobierno, aseguran que hay un atraso cambiario pero que ajustarlo podría hacer saltar la inflación que bajó del 8% al 5% anual.
El sector agropecuario presiona por una devaluación para tener una mayor competitividad -no hay retenciones-. El tipo de cambio está en 41,5 pesos uruguayos por dólar, cuando desde el campo llegan a hablar de un dólar a $54.
“Hay una tensión que se viene arrastrando desde hace dos o tres años porque el tipo de cambio en Uruguay se movió a contrapelo del mundo lo que generó los reclamos del sector exportador contra el Banco Central de Uruguay (BCU)”, aseguró Germán Deagosto, director de la licenciatura en Economía de la Universidad Católica del Uruguay (UCU).
En ese contexto, el dato del salario más alto en dólares de América Latina contrasta con una economía cara que en el promedio de la última década -con los gobiernos de los dos partidos que llegaron al balotaje- creció solo el 1%.
Según una publicación del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), Uruguay no solo es el país con el costo de vida más elevado de Sudamérica, sino que además es más caro que varias naciones europeas.
Hay productos de higiene como los desodorantes o especialmente la pasta dental que están seis veces el valor que en países vecinos. Y el problema se profundiza por la depreciación del real en Brasil. Los más críticos apuntan a las regulaciones y a una economía cerrada que favorece a la concentración, pero pasan los gobiernos y no cambia.
Por fuera de la economía, o no tanto, el otro gran problema es la seguridad. El año pasado los homicidios llegaron a ser 382, una tasa de 11,2 homicidios cada 100.000 habitantes, Uruguay duplica a Chile.
El crecimiento de los asesinatos empezó en 2012 y ahora Montevideo concentra el 55%, con una mayoría de las víctimas de entre 18 y 37 años. En la campaña electoral, los candidatos le apuntaron al narcotráfico, pero terminada la elección llega la hora de las soluciones.