En sus primeras horas de presidente electo de Uruguay, Yamandú Orsi (57) arrancó la transición con un gesto de agradecimiento. Visitó a su mentor en el Frente Amplio (FA), el ex presidente José “Pepe” Mujica (89) en su chacra de las afueras de Montevideo. Pasó para este martes el encuentro con el presidente Luis Lacalle Pou (51).
Y después del mediodía tiene previsto asistir al secretariado ejecutivo del FA para delinear a un gabinete, en el que ya fijó prioridades.
Vencedor en el balotaje presidencial con el 49,84% de los votos, contra el 45,87% del oficialista Álvaro Delgado (55), candidato del Partido Nacional (blancos) y de la Coalición Republicana, este martes entrará a la Torre Ejecutiva para el primer encuentro con Lacalle Pou.
«Es una transición larga que lleva su tiempo. Hay que fijar a los equipos de transición y las reglas de cómo vamos a avanzar”, aseguró Orsi en una rueda de prensa de la que participó Clarín. «Es de acordar cómo seguimos de aquí de aquí a marzo», agregó.
Y en otra de las muestras del civismo uruguayo, el presidente electo confirmó que Lacalle Pou lo invitó a formar parte de la cumbre del Mercosur que se desarrollará en Montevideo el 5 y 6 de diciembre.
Se espera que la cita entre Orsi y Lacalle Pou sea en horas de la mañana porque a las 16 el Presidente convocó al consejo de ministros. Además, el mandatario electo se reúne este martes a las 14 con el secretariado ejecutivo del FA. Avanzará con definiciones de un gabinete que solo tiene un integrante: Gabriel Oddone, un hombre del establishment en Economía.
Las especulaciones más importantes están sobre la Cancillería y el Ministerio del Interior, que controla la Seguridad, uno de los temas que Orsi puntualizó en su campaña. “Los desafíos primero son internos, la situación de infancia, adolescencia, problemas de seguridad”, remarcó el presidente electo.
En materia de seguridad, Orsi prometió crear 2000 cargos policiales y sumar cámaras. Esa área sensible estará a cargo del futuro ministro del Interior, por eso es uno de los nombres que por estas horas genera más interés. Uno de los que suena es el sociólogo Gustavo Leal.
Este lunes, a las 16 puntual, la camioneta que llevaba a Yamandú Orsi se abrió paso entre una treintena de militantes del FA en el camino de ripio que conduce hasta la chacra de Rincón del Cerro, donde el ex presidente Mujica vive junto a su esposa Lucía Topolansky (80), ex vicepresidente de Uruguay.
Tuvo una reunión de una hora y media, negó que le sugiriera nombres para el gabinete: «Pepe habla de su experiencia y ahí desliza qué es lo que piensa».
Pero en búsqueda de no alimentar expectativas, Orsi adelantó que verá qué puede hacer el primer año. Durante el primer año de mandato en Uruguay el parlamento trata el presupuesto para los cinco años siguientes.
Orsi gobernará los primeros doce meses con el presupuesto votado en el primer año de Lacalle Pou. “La ley fundamental es la de presupuesto, en el interín es ver lo que se puede hacer (en materia de reasignaciones)”, comentó el presidente electo.
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Yamandú Orsi, presidente electo de Uruguay visitó a José Mujica y Lucía Topolansky
En ese aspecto, otro de los puntos a definir será el coordinador de bancada del Frente Amplio en Diputados, donde Orsi no tendrá mayoría como en el Senado. La centroizquierda tendrá 48 bancas, contra las 49 con las que queda la Coalición Republicana, si es que se mantiene unida después de la derrota. Orsi estará obligado a dialogar y necesitará un jefe de bloque con esas características.
Desde marzo, el Partido Nacional queda con 29, los colorados con 17, Cabildo Abierto con dos y el Partido Independiente con una. Pero esas 49 están en peligro. Pablo Manini Ríos, líder de Cabildo Abierto avisó que no tiene sentido una coalición para ser oposición.
Más allá de la transición y la búsqueda de perfiles dialoguistas, en el plano internacional Orsi tuvo sus primeros movimientos lanzó señales de amistad a Javier Milei, que viajará a la cumbre en Montevideo. Ayer atendió el llamado de Lula Da Silva, presidente de Brasil, con quien tendrá una reunión privada en diciembre, cuando el brasileño visite Montevideo por el Mercosur.
En un mar de incertidumbre sobre su próximo gabinete, una de las pocas certezas del presidente electo en su primer día es que vivirá en su casa de Salinas, en el departamento de Canelones. Está a dos cuadras del Río de La Plata, sobre una calle de ripio, donde su primer contratiempo fue evitar las guardias periodísticas que se instalaron frente a su portón horas después del triunfo.