El próximo 6 de abril, San Juan será el epicentro del exigente Ironman 70.3, una competencia que pone a prueba la resistencia y el espíritu de los atletas. Entre los cientos de participantes, una historia especial se destaca: la de Ignacio Santana, quien correrá en formato posta junto a sus hijos, Ignacio Jesús y Tobías Mariano. En una disciplina donde las postas suelen ser protagonizadas por amigos o equipos de clubes, esta familia sanjuanina desafía los límites y demuestra que el deporte también es una forma de fortalecer lazos de sangre.
La familia Santana está compuesta por Ignacio (padre), su esposa Andrea del Valle Pérez y sus dos hijos, Ignacio Jesús y Tobías Mariano. Desde hace años, el deporte es parte de su vida, y ahora han decidido enfrentar juntos el desafío de un Ironman 70.3 en San Juan, uniendo sus talentos en natación, ciclismo y atletismo.
«Los que competimos actualmente somos mi hijo Ignacio Jesús, que ya tiene experiencia en media maratón y maratón, y Tobías Mariano, quien se destaca en el fútbol y hará su debut en esta disciplina. Yo, Ignacio (padre), practico atletismo desde los 14 años», comenta Santana con orgullo.
Aunque cada miembro de la familia ha pasado por diferentes deportes, el triatlón se convirtió en un desafío atractivo para ellos. Ignacio Jesús ha probado varias disciplinas como handball, básquet y hockey, pero hoy se especializa en atletismo de larga distancia. Tobías, en cambio, siempre tuvo una conexión con el fútbol y actualmente juega en el Club Peñarol. Ignacio (padre) ha sido fiel al atletismo toda su vida y también ha incursionado en el triatlón.
«Decidimos hacerlo en familia porque es un deporte muy completo. Vivirlo en posta tiene otra adrenalina, y hacerlo junto a nuestros hijos es emocionante», explica Santana.
No será la primera vez que participen juntos, ya que lo han hecho juntos en postas atléticas dentro de San Juan, esta será la primera vez que compiten en un Ironman 70.3. La planificación es clara: Tobías se encargará de la natación, Ignacio (padre) del ciclismo e Ignacio Jesús del pedestrismo. Cada uno aportará su esfuerzo en una prueba donde la resistencia y la estrategia son claves.
«Nos preparamos con disciplina y compromiso, porque queremos disfrutar y dar lo mejor de nosotros en la competencia», afirman.
Más allá del desafío físico, la familia Santana busca inspirar a otras familias a involucrarse en la actividad deportiva. «El deporte es salud, une a la familia y fortalece el corazón y la mente. Invito a todos a que lo practiquen, aunque sea caminando. Compartirlo con los hijos no tiene precio», reflexiona Ignacio (padre).
La historia de los Santana es también un testimonio de resiliencia. Ignacio (padre) sufrió un ACV a los 37 años que paralizó parte de su cuerpo, pero con el apoyo de su familia logró recuperarse y seguir adelante. Hoy, a los 45 años, demuestra que no hay límites cuando el amor por el deporte y la familia van de la mano.
Si bien los reflectores estarán sobre los tres competidores, hay una pieza fundamental detrás de escena: Andrea del Valle Pérez, la madre y esposa que organiza la logística, alienta y sostiene emocionalmente a la familia. «Es nuestro motor, la que nos recuerda todo, la que sufre y se emociona con nosotros. Sin ella, nada de esto sería posible», concluye Santana.
El 6 de abril, cuando crucen la meta, no solo habrán completado un Ironman 70.3, sino que habrán escrito un capítulo inolvidable en la historia del deporte familiar. Porque cuando se corre en familia, cada paso se convierte en un recuerdo imborrable.