No es ningún secreto que Boeing no se encuentra en su mejor momento. El gigante aeroespacial atraviesa una de las crisis más graves de su historia.
La compañía no solo está afrontando serios problemas en la calidad de fabricación de sus aeronaves que pierden piezas en pleno vuelo, o una huelga de su plantilla que no da visos de llegar a una solución rápida. También se enfrenta a serios problemas de fiabilidad y financieros en su programa espacial Starliner. De acuerdo con lo publicado por The Wall Street Journal, ante semejante avalancha de infortunios, la compañía se estaría planteando vender su división espacial: Jeff Bezos se ha interesado por ella.
Boeing quiere reducir sus problemas. Kelly Ortberg, nuevo CEO de Boeing, ha optado por una estrategia de racionalización de la compañía, como medida para apagar los distintos frentes que acechan a la compañía. «Es mejor hacer menos y hacerlo mejor que hacer más y no hacerlo bien. ¿Cómo queremos que sea esta empresa dentro de cinco o diez años? ¿Y estas cosas añaden valor a la empresa o nos distraen?», aseguraba el directivo de Boeing en unas declaraciones recogidas por Fortune.
Según The Wall Street Journal, entre los planes de Boeing estaría deshacerse de los proyectos más complejos y costosos de la compañía para centrarse en la esencia de la compañía para volver a ser competitivos de nuevo. Uno de los proyectos más costosos y accidentados, estaría siendo Starliner.
Starliner podría colgar el cartel de ‘Se Vende’. Según informaciones del WSJ, Boeing podría haber mantenido conversaciones con Blue Origin de Jeff Bezos sobre la posibilidad de hacerse cargo de alguno de los proyectos espaciales que Boeing mantenía con la NASA.
Esas conversaciones se habrían centrado exclusivamente en el programa Starliner, dejando a un lado el cohete Space Launch System de la NASA, involucrado en la misión lunar Artemis en la que también trabaja Blue Origin.
Boeing sangra por su plantilla. El conflicto laboral de Boeing, que mantiene en huelga a 33.000 trabajadores de su plantilla, es uno de los frentes más activos y acuciantes para la compañía. Según el último informe financiero de Boeing, la compañía registraba unas pérdidas de más de 6.100 millones de dólares en el último trimestre debido a la paralización de las cadenas de producción de sus aviones. Fortune publicaba que esas previsiones incluso podrían ser optimistas, y esas pérdidas podrían escalar fácilmente hasta los 8.000 millones.
El mismo informe de resultados revelaba que la división de defensa y negocio espacial acumulaba unas pérdidas de 2.384 millones de dólares. Reuters afinaba un poco más su estimación y cifraba en 1.800 millones el sobrecoste del programa Starliner. Todo ello teniendo en cuenta que las divisiones de defensa y el negocio espacial de la compañía no se ha visto afectada por las protestas salariales de los trabajadores.
Blue Origin busca recortar distancias con SpaceX. Con el éxito en el lanzamiento del último Starship, Space X marcó una gran distancia tecnológica con sus principales rivales.
Para recortar esa ventaja, Jeff Bezos, que se mudó a Miami para volcarse en el crecimiento de Blue Origin, podría estar considerando la compra del negocio espacial de Boeing para ocupar el lugar de Boeing en los compromisos que la compañía ya ha firmado con la NASA, antes de que la destrucción de la Estación Espacial Internacional en 2030.
Imagen | NASA (Boeing/John Grant), Blue Origin