Sagitario A* (o Sgr A*) es como denominamos al agujero negro supermasivo que “preside” en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Ubicado a “solo” 26.000 años luz de nuestro sistema solar, este agujero negro es clave para entender cómo se comportan estos singulares objetos.
El “pulso” de la galaxia. Y precisamente analizando Sgr A* es como un equipo de investigadores se topó con su “pulso”: una emisión regular de emisiones de radios gamma. Según las observaciones, el agujero negro del centro de nuestra galaxia emite este pulso de radiación cada 76,32 minutos.
No sabemos con certeza qué produce estas emisiones, aunque podemos descartar que procedan del interior de la región conocida como singularidad. Está en la propia naturaleza de estos objetos que ni siquiera la luz pueda escapar de su tirón gravitatorio.
La clave, por tanto, podría estar en la región que rodea al agujero: su disco de acreción. Este disco está compuesto de polvo y gas que orbita al agujero negro a velocidades que pueden llegar a representar una fracción importante de la velocidad de la luz.
Rayos gamma y rayos X. En un borrador publicado hace unos meses en el repositorio ArXiv, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) propusieron una forma de explicar este pulso de rayos gamma. El equipo empleó los datos compilados por el Fermi Gamma-ray Space Telescope entre los meses de junio y diciembre de 2022 en busca de regularidades en las emisiones de rayos gamma procedentes de Sgr A*.
Fue así que se toparon con esta emisión regular con periodicidad de 76,32 minutos. Se da la circulstancia de que esta periodicidad está cerca de coincidir con otra emisión periódica procedente del mismo agujero negro.
Además de estos rayos gamma, de Sgr A* nos llegan pulsos de rayos X que se repitan cada 149 minutos. Esta coincidencia hizo pensar al equipo que ambos pulsos estaban relacionados.
Una mancha muy veloz. Aunque no tengamos una respuesta definitiva para explicar estos pulsos, como señalábamos antes tenemos un lugar donde buscar: el disco de acreción. La hipótesis propuesta por el equipo responsable de encontrarse este pulso parte de esta regió.
Según esta hipótesis, la fuente de emisión de estos rayos estaría en un cúmulo de materia que orbitaría al agujero negro a una distancia similar a la que separa Mercurio del Sol. La diferencia es que esta “mancha” estaría orbitando a una velocidad equivalente al 30% de la velocidad de la luz, lo que implicaría un periodo orbital entre los 70 y los 80 minutos.
Sgr A*. Pese a tener una masa más de 4 millones de veces superior a la de nuestro Sol, Sgr A* no es un agujero negro particularmente voraz si tenemos en cuenta la proporción entre su masa y la cantidad de materia que absorbe. Explicar las emisiones energéticas de agujeros negros más activos en su “alimentación” podría resultar más sencillo, no tanto en este caso.
Y sin embargo comprender Sgr A*, o más bien lo que ocurre a su alrededor es un paso importante para comprender las dinámicas de los agujeros negros. Estos objetos esconden valiosísima información sobre nuestro cosmos, pero su naturaleza los hace especialmente difíciles de estudiar.
Imagen | NASA