Empieza a ser habitual que Elon Musk revele información sobre las pruebas de Starship mientras juega a Diablo IV. Gracias a sus sesiones nocturnas y su afición a contestar preguntas de sus seguidores, ahora sabemos que fue la pérdida de comunicaciones de la torre lo que llevó a SpaceX a abortar el intento de captura del Super Heavy. Vayamos en orden cronológico para tener todo el contexto.
La intrahistoria del vuelo 5 de Starship
El quinto vuelo de Starship, que tuvo lugar a mediados de octubre, marcó un hito histórico para la compañía con la primera captura del propulsor Super Heavy en los brazos mecánicos de la torre Mechazilla.
El cohete de 70 metros de altura volvió a la base de lanzamiento tras separarse de la nave Starship, maniobrando con sus motores para colocarse entre los brazos de la torre que SpaceX usa para apilar las dos etapas del vehículo.
Antes de que el director de vuelo diera el ok al intento de captura, los ordenadores de SpaceX iniciaron un proceso automático que comprobó miles de criterios para confirmar que tanto la torre como el propulsor estuvieran en perfectas condiciones.
En este caso, el director de vuelo dio el ok y la maniobra salió bien. Pero si algún criterio hubiera sido dudoso, SpaceX habría preferido perder el cohete en el golfo de México. Cualquier daño a la torre Mechazilla sería más costoso y problemático para el programa Starship que perder un Super Heavy.
SpaceX no lo hizo público, pero en un vídeo que subió Elon Musk días más tarde jugando a Diablo IV, un ingeniero de la compañía reveló que el cohete estuvo a un segundo de abortar el aterrizaje y estrellarse en el suelo junto a la torre por un parámetro mal configurado en la presión de giro de los motores.
El sexto cohete no corrió la misma suerte
Durante la prueba 6, que tuvo lugar el martes, el intento de aterrizaje se abortó en pleno vuelo y el Super Heavy amerizó en el golfo de México, realizando las maniobras de captura para después autodetonarse y hundirse en el océano.
El vuelo comenzó con un despegue aparentemente perfecto, en el que los 33 motores Raptor del propulsor Booster 13 se encendieron para impulsar la nave Ship 31 hacia el espacio. Después de un ascenso sin contratiempos, la nave se separó del propulsor, y el propulsor giró para volver a la torre de lanzamiento.
Si bien el Super Heavy estaba en buenas condiciones para aterrizar, los controles de estado automáticos de la torre Mechazilla provocaron la cancelación del intento de captura. El cohete se desvió al golfo de México, hizo las maniobras de frenado, se puso en vertical como si hubiera una torre virtual en el mar, y después cayó al agua.
Donald Trump, presente en Starbase durante el lanzamiento, se perdió la maniobra de captura, pero al menos vio una bola de fuego. La activación del sistema de terminación de vuelo en el Atlántico provocó una brutal explosión, lo que sugiere que había bastante metano y oxígeno líquido aún en el cohete.
Lo que SpaceX no reveló es por qué se había abortado el aterrizaje. Lo ha hecho finalmente Elon Musk en un hilo de X donde presume de su destreza jugando a Diablo IV. «Se perdió la comunicación con el ordeandor de la torre de lanzamiento», escribió. «La captura probablemente habría funcionado de todos modos, pero no estábamos seguros, así que optamos por la precaución.»
Cuando Starship despegó, la antena de la torre quedó torcida, lo que tal vez tenga relación con el incidente. Aparentemente, el fuselaje de la nave también recibió algunos daños en el despegue, pero el vehículo de acero inoxidable volvió a demostrar su robustez con una reentrada exitosa.
Imagen | SpaceX