Resulta sorprendente el número de hallazgos maya en las últimas décadas. Sorprende porque hablamos de una civilización con más de 3.500 años de historia, una que, además, tenía una de las culturas más desarrolladas de la antigüedad. Han sido muchos los descubrimientos que nos indicaban lo increíblemente prácticos que fueron para levantar su imperio y, ahora, a través de unos extensos humedales, los arqueólogos han dado con una clave de su origen.
Innovación ancestral. En los albores de la civilización Maya, antes de la construcción de los icónicos templos, sus predecesores ya estaban alterando el entorno en la península de Yucatán. Comunidades ubicadas en lo que hoy es Belice transformaron extensos humedales en una red de canales y estanques diseñada para capturar peces de agua dulce, una lo suficientemente inmensa como para alimentar a miles de personas anualmente.
Dicho sistema, ubicado en el Santuario de Vida Salvaje de Crooked Tree, fue mapeado recientemente por la arqueóloga Eleanor Harrison-Buck y su equipo, quienes utilizaron drones y datos obtenidos por Google Earth para analizar hasta 108 kilómetros de canales que abarcan 42 kilómetros cuadrados. Las dataciones por radiocarbono sugieren que esta infraestructura, patrones lineales en zigzag kilométricos, tienen al menos 4.000 años de antigüedad.
El sistema de trampas definitivo. Cuentan en su trabajo los investigadores que, durante la temporada de lluvias, las áreas pantanosas se inundan y los peces desovan en los humedales. Excavaciones realizadas en la zona descubrieron puntas de lanza con púas, herramientas que probablemente estaban atadas a palos y usadas para pescar. Este sistema permitió que, al bajar las aguas en la estación seca, los peces fueran canalizados hacia estanques donde quedaban atrapados, facilitando así su captura.
El sistema, además, aprovechaba el comportamiento natural de los peces, permitiendo a los habitantes recolectarlos fácilmente en momentos de menor abundancia. Según los cálculos del estudio, la red pudo haber producido suficientes peces para sustentar a unas 15.000 personas al año, requiriendo métodos de conservación como el salado, secado o ahumado. Estos canales no solo reflejan innovación, sino también una adaptación temprana para garantizar la seguridad alimentaria.
Construcción y uso de canales. Como decíamos al inicio, el equipo explica que los canales se construyeron hace unos 4.000 años por comunidades semi-nómadas en la llanura costera del Yucatán. Se usaron durante al menos 1.000 años, incluyendo el periodo Formativo, cuando los mayas comenzaron a establecer aldeas agrícolas permanentes y a desarrollar una cultura distintiva.
La escala de estas modificaciones tempranas del paisaje también sugiere que las sociedades de esta época ya estaban organizadas y tenían habilidades avanzadas para transformar su entorno.
Impacto en el surgimiento maya. Si bien la economía Maya es conocida por la agricultura de maíz y el drenaje de humedales para crear campos elevados, como recuerdan en el trabajo, esta red demuestra que la pesca fue igualmente fundamental para el desarrollo de asentamientos sedentarios y la propia complejidad social maya.
Dicho de otra forma, el sistema de trampas descubierto complementó la producción agrícola, mostrando cómo estas comunidades modificaron su entorno para maximizar los recursos alimenticios.
Evidencia arqueológica y continuidad en el tiempo. Pero hay mucho más. Al parecer, los arqueólogos dieron con restos de cerámica Maya Preclásica en los sedimentos de los canales, lo que indica que el sistema siguió siendo utilizado incluso durante el crecimiento de las grandes ciudades mayas.
Aunque la mayoría de los canales se han rellenado con sedimentos con el tiempo, los estudios sugieren que los estanques aún concentran peces en la actualidad durante la estación seca, según los informes de residentes locales.
Ingeniería y relevancia histórica. Qué duda cabe, la red de Crooked Tree refleja una vez más la habilidad de los antiguos mayas para transformar el paisaje, en este caso en infraestructura duradera. Construida alrededor del año 2000 a.C., en el final del periodo Arcaico y antes del periodo Formativo, esta innovación marcó, según los autores, un punto de inflexión en la evolución de su sociedad.
Aunque no se han encontrado indicios de que los Mayas Preclásicos dieran mantenimiento continuo a la red, su diseño y funcionalidad inicial dejaron un legado que aún es visible desde el aire durante la estación seca, cuando la vegetación más densa delata la ubicación de los canales.
En definitiva, un testimonio de la capacidad de los antiguos mayas para adaptarse a su entorno y garantizar la seguridad alimentaria a través de estrategias innovadoras. El sistema, junto con las técnicas agrícolas ya conocidas, reafirma el ingenio de la civilización para reconfigurar vastos paisajes en beneficio de su supervivencia y desarrollo cultural, mostrando que los peces, al igual que el maíz, fueron esenciales para el auge de su sociedad.
Imagen | Fernando Flores, Google Earth