Hablar de Google Pixel, desde hace unas cuantas generaciones, es hablar de Google Tensor. Lejos quedan los años en los que estos teléfonos montaban procesadores de Qualcomm, apostando ahora por una solución propia. El debate que generan los Tensor de los Google Pixel 9 es evidente: pese a que Google vende su gama alta a un precio similar al de sus rivales, a nivel de potencia sus procesadores están bastante por detrás.
A lo largo de varias entrevistas, algunos de los ejecutivos de Google han dejado clara la postura de la empresa. El objetivo de Tensor no es el de hacer al Pixel el dispositivo más potente.
Comprendiendo las limitaciones de los dispositivos. Hay dos formas de entender la IA. Una de ellas es mediante el uso de un modelo lo más grande y completo posible, capaz de hacer prácticamente de todo en local… siempre y cuando tenga ingentes cantidades de potencia.
La segunda es apostar por modelos más pequeños, entendiendo que quizás las necesidades en IA de un teléfono no tienen por qué ser devoradoras de recursos. Según Zach Gleicher, una de las cabezas de Google DeepMind, la prioridad a la hora de desarrollar las funciones de Gemini tenían que ver con el consumo energético, uso de memoria RAM y demás limitaciones del modelo en teléfonos móviles.
Los avances del Tensor. Según Google, su Tensor G4 es el procesador más eficiente y con mayor rendimiento. Es un 20% más rápido «de media» respecto a un Tensor G3, y abre las aplicaciones un 17% más rápido. Grabar vídeos, hacer fotos, utilizar aplicaciones básicas… Sobre el papel, todo debería consumir menos energía respecto a la generación anterior.
Estos procesadores se desarrollan con los equipos Tensor y Google DeepMind trabajando en conjunto, para crear un hardware especialmente pensado para mover los modelos de Gemini Nano.
Qué papel juega la potencia bruta. El Google Tensor no está diseñado ni para ser el más potente ni para ser el más rápido. Está diseñado para satisfacer los escenarios de uso que Google considera. Sonia Jobanputra, integrante del equipo de producto de los Google Pixel, cuenta que el G4 se diseñó pensando en la eficiencia real, y no tanto en la potencia bruta.
“Cuando diseñamos el chip, no lo diseñamos para alcanzar velocidades y hazañas. No lo diseñamos para superar algún parámetro específico que exista. Lo diseñamos para que se adapte a nuestros casos de uso».
Algunas dudas en el horizonte y una competencia que no compra este discurso. El discurso de Google tiene sentido, hasta cierto punto. Si el móvil es capaz de rendir a un buen nivel y está especialmente pensado para ejecutar la IA propia de la empresa, los Tensor tienen su razón de ser. ¿El problema? La competencia está haciendo lo mismo, pero con procesadores más potentes.
Samsung es un buen ejemplo y, de hecho, es el principal partner de Google a la hora de integrar la IA de forma profunda en dispositivos no Pixel. Los Samsung Galaxy S24 Ultra y modelos plegables como el Z Fold6 utilizan también el modelo Gemini de Google, combinando funciones que se ejecutan en local con funciones online. Todo ello se sustenta en un Snapdragon 8 Gen 3, el mejor procesador de Qualcomm hasta la fecha.
Los Pixel son móviles que se actualizarán durante siete años. No sabemos cuál será el estado de los juegos para móvil, las apps que saldrán y todo de lo que será capaz nuestro teléfono ese larguísimo periodo. Precisamente, por ello, la opción de procesador en la gama alta suele ser el procesador más potente que haya disponible.
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