Los impuestos son uno de los recursos a disposición de los estados para reducir el consumo de algunos alimentos más o menos nocivos sin llegar a prohibirlos. La lógica detrás de los impuestos a sustancias como el tabaco y el alcohol ha sido llevada a productos como las bebidas azucaradas en países como el Reino Unido. Todo parece indicar que con éxito.
La mitad de consumo. Un estudio publicado este verano ha hallado que la introducción de un impuesto sobre las bebidas azucaradas se vio acompañada de una importante reducción en el consumo de azúcares por parte de los niños.
Según las estimaciones el consumo se habría reducido en unos 4,8 gramos de azúcar diarios. En el caso de los adultos, la diferencia es mayor en términos de consumo diario: 11 gramos menos de azúcar.
Si tenemos en cuenta los azúcares procedentes de bebidas azucaradas, la reducción en el consumo es de 3 gramos en el caso de los menores (lo que implica una reducción del 23,5% en el consumo) y de unos 5 g en el caso de los adultos (un 40,5% menos).
Lejos de las recomendaciones. El equipo responsable del estudio advierte, eso sí, que los niveles de consumo de “azúcares libres” siguen siendo todavía mayores a los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Estas recomendaciones ponen el consumo máximo diario en 30 gramos al día en adultos, 24 g/día en niños de entre 7 y 10 años, y 19 g/día para niños de entre 4 y 6 años.
Impuesto a las bebidas azucaradas. El objeto del estudio ha sido la tasa impuesta por el gobierno británico a las bebidas azucaradas. La tasa fue anunciada en 2016 y entró en vigor en abril de 2018. El impuesto SDIL (Soft Drinks Industry Levy) consta de 0,24 libras en aquellas bebidas con más de 8 g de azúcar por cada 100 ml y 0,18 libras para aquellas bebidas con entre 5 y 8 g de azúcar por 100ml.
Encuesta nacional. El equipo responsable del estudio comparó el periodo previo al anuncio de la medida con el año posterior a su introducción. Para modelar el impacto recurrieron a los datos de la encuesta UK National Diet and Nutrition Survey, que abarcaba el periodo entre 2008 y 2019.
Lograron así información sobre el consumo de estas bebidas por parte de un grupo de 7.999 adultos y 7.656 menores. Los detalles del estudio fueron descritos en un articulo en la revista Journal of Epidemiology and Community Health.
¿Es una caída total real? Una de las cuestiones señaladas por el equipo responsable del estudio es el potencial efecto sustitución. Es decir, el impuesto puede reducir mucho nuestro consumo de azúcares procedentes de bebidas azucaradas, pero serviría de poco si los sustituimos por azúcares procedentes de otros alimentos. El nuevo estudio parece indicar lo contrario: no existe este efecto de sustitución.
Tendencia a largo plazo. Otra cuestión importante a controlar por parte del equipo fue la tendencia a largo plazo. El equipo observó una tendencia a la caída en el consumo de estas bebidas en el periodo a partir de 2008. Es por ello que conviene recalcar que los resultados tuvieron en cuenta esta tendencia causada por factores externos al impuesto británico.
En Xataka | El impuesto a las bebidas azucaradas es una buena idea (aunque, por sí solo, no es suficiente)
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