Mira Murati se ha convertido en persona de interés en el mundo de la inteligencia artificial. Tras ser CTO de OpenAI, la directiva decidió abandonar la empresa hace pocas semanas. No estaba claro cuál sería su próximo paso, pero ahora lo sabemos: está preparando su propia startup de IA, y lo hará a lo grande.
Buscando fondos. Según indican en Reuters, Murati está organizando una ronda de inversión con el objetivo de recaudar 100 millones de dólares. No hay detalles aún sobre quiénes pueden llegar a ser los inversores en esta ronda ni qué participación obtendrán, pero desde luego lograr levantar esa cantidad de dinero da una buena idea de la magnitud de este segmento. No está claro si Murati será la CEO de esta nueva startup o ocupará otro cargo.
Modelos de IA propietarios. Los primeros datos que se han revelado sobre las intenciones de Murati apuntan a que su empresa se centrará en el desarrollo de modelos propietarios de IA. Eso significa que la aproximación será similar a la que ya ofrecen OpenAI o Google. No parece por tanto que vaya a optar por una filosofía más abierta.
Mucha competencia, y mucha, muchísima inversión. Aunque la inversión sea notable, las cifras que se están manejando en este campo son aún mayores. No hablamos ya del caso de la reciente y colosal ronda de OpenAI de 6.600 millones de dólares, sino de otras de startups recientes como la de Ilya Sutskever, que tiene como objetivo crear una AGI y que en septiembre levantó 1.000 millones de dólares. La startup francesa Mistral levantó 640 millones de dólaress en junio, por ejemplo,
Otro ejemplo: Perplexity. Tenemos otro ejemplo en Perplexity AI, que está preparando una ronda de inversión de 500 millones de dólares. Eso haría que contase con una valoración de 8.000 millones de dólares y la convertiría en otra de las referentes en el mercado. En esa ronda probablemente esté involucrada Telefónica, que anunció recientemente un acuerdo de colaboración con la startup.
¿Cómo diferenciarse? La gran pregunta es qué hará la startup de Murati para diferenciarse en un segmento que empieza a estar algo saturado. Son muchas las startups que han preferido centrarse en una aplicación concreta y han logrado captar el interés de los inversores. Suno lo ha hecho en música y completó una ronda de 125 millones de dólares en junio, Magic lo hace en programación y levantó 320 millones de dólares en agosto, por ejemplo.
Las grandes tienen la sartén por el mango. El problema de todas estas startups es que dependen de la infraestructura de las Big Tech. Son ellas las que tienen centros de datos gigantescos con miles de GPUs que son las que tanto grandes como pequeñas empresas utilizan para entrenar sus modelos de IA. Hoy por hoy la balanza de poder está desequilibrada, y desarrollar estos modelos es tan caro que solo unas pocas pueden sostener ese esfuerzo de forma prolongada. Hasta OpenAI, referente absoluto, puede estar en problemas porque gasta mucho más de lo que gana y continuará por ese camino al menos hasta 2029.
¿Centralización a la vista? La situación actual nos habla de muchos esfuerzos diversos, de inversiones globales absolutamente colosales y de un segmento muy diversificado y con muchos rivales que hacen básicamente lo mismo. Salvo en el caso de startups muy especializadas, puede que el futuro de muchas de estas startups sea uno tradicional en Silicon Valley: los ‘exits’ consistentes en vender la empresa a una de las Big Tech será una opción probablemente para varias. Ocurrió por ejemplo con la adquisición de Inflection por parte de Microsoft, que además logró con ella fichar a Mustafa Suleyman y convertirlo en máximo responsable de su división de IA.
Imagen | OpenAI
En Xataka | El no-idilio entre OpenAI y Microsoft empieza a enseñar las costuras. Cada una empieza a cansarse de la otra