La IA va a convertir a OpenAI en un absoluto gigante. O eso es lo que espera la empresa, de la que no paran de aparecer datos y proyecciones en las que se habla de un futuro espectacular. Las expectativas y el ‘hype’ —que son solo eso— se producen en un momento perfecto para los de Sam Altman: están cerrando una nueva y colosal ronda de financiación, así que disparar las estimaciones es una decisión esperable… pero peligrosa.
OpenAI es muy optimista. Como indican en Reuters, fuentes cercanas a la empresa han revelado los ingresos estimados que OpenAI tiene proyectados para los próximos años. Esa estimación es la que la empresa está distribuyendo entre potenciales inversores. El objetivo: atraerlos y que participen en la gigantesca ronda de inversión de 6.500 millones de dólares que se espera cierren estos días. Las cifras de ingresos son escandalosas y plantean un crecimiento absolutamente espectacular de su negocio:
- 2023: 700 millones de dólares
- 2024: 3.700 millones de dólares (estimados)
- 2025: 11.600 millones de dólares (estimados)
- 2029: 100.000 millones de dólares (estimados)
Parece que la cosa marcha. Según revelan en The New York Times, los ingresos mensuales de OpenAI alcanzaron los 300 millones de dólares el pasado mes de agosto. Eso supone un crecimiento del 1.700% respecto a principios de 2023, cuando obviamente su oferta comercial era mucho más reducida y ChatGPT tan solo acababa de despegar. Aun así, esos ingresos hacen prever que en 2024 los ingresos anuales acaben siendo de unos 3.700 millones de dólares.
¿Y las pérdidas, qué? Sin embargo esos ingresos están totalmente contrarrestados con los gastos generados por la empresa, que son aún más colosales. De hecho a pesar de esos ingresos se espera que la empresa acabe perdiendo unos 5.000 millones de dólares. La infraestructura (servidores, energía), los sueldos y el alquiler de oficinas e instalaciones son los principales componentes de ese gasto. No se incluyen pagos basados en posibles capitalizaciones de acciones correspondientes a los empleados, y en esos documentos no se explica con claridad cuánto dinero están perdiendo.
Más rodas de financiación en el futuro. De hecho, estos datos filtrados señalan además que OpenAI podría necesitar seguir organizando nuevas rondas de inversión el año que viene. La razón es clara: sus gastos crecerán de forma paralela al teórico crecimiento del número de usuarios y servicios.
350 millones de usuarios mensuales (del ChatGPT gratuito). La base de usuarios de OpenAI ha crecido de forma considerable, y según esos documentos ronda ahora los 350 millones de usuarios. Ese dato se refiere a los que usan la versión gratuita de ChatGPT, ya que se estima que solo unos 10 millones de usuarios pagan la suscripción de 20 dólares al mes para disfrutar de ChatGPT Plus o alguna de las ofertas de pago de la plataforma, como la API. Más de un millón de desarrolladores independientes hacen uso de la tecnología de OpenAI para ofrecer sus propios servicios, por ejemplo.
Quiero ganar más, así que subiré (un montón) los precios. Esas proyecciones de ingresos tienen detrás una razón: OpenAI subirá precios. Según los documentos revelados por el New York Times, la suscripción pasará a costar dos dólares más a final de año, pero ese será tan solo el principio de una escalada que hará que en cinco años la suscripción de 20 dólares cueste 44 dólares.
En 2029 OpenAI ingresará 100.000 millones de dólares. Esa es al menos la otra gran proyección que se cita en los documentos, y que plantea que en cinco años los ingresos de 2024 se multiplicarán por 27 y alcanzarán los 100.000 millones de dólares. Esa es la cantidad que en la actualidad ingresa Nestlé, con una capitalización de mercado de 260.000 millones.
¿Nuevos modelos (más caros) a la vista? Puede que subir precios no sea suficiente para lograr esos objetivos. El reciente lanzamiento de o1, por ejemplo, no parece haber llamado especialmente la atención, y se critica que sus resultados en varios escenarios no son tan buenos para costar seis veces más que GPT-4o. Puede que un potencial GPT-5 o las interesantes opciones de voz —las demos eran realmente prometedoras— atraigan a más usuarios, desde luego, pero por ahora todo aquí son incertidumbres. Y también puede que esas opciones sean excusa perfecta para que OpenAI suba gradualmente el precio del servicio.