Reino Unido cerró la última central de carbón para reducir su alto nivel de contaminación después de 142 años para dar paso a las energías limpias. Irónicamente, uno de los métodos para producir energía es seguir quemando algo contaminante.
Reino Unido ha dejado de quemar carbón, hito histórico. Llegando a satisfacer el 76% de la demanda del suministro eléctrico durante la década de los 80, Reino Unido puso fin a la industria del carbón para dar paso a la transición energética. El primer país del G7 en eliminar el carbón, ahora enfrenta una mayor dependencia de las importaciones de Europa. Sin embargo, también ha optado por otro tipo producción de energía: incineración de la basura.
El problema es que ahora está quemando basura. El uso de las incineradoras para quemar basura doméstica, incluyendo plásticos, ha ido creciendo con el fin de generar electricidad y gestionar los residuos de una forma económica. Alrededor del 3,1% de la energía proviene de esta práctica que ha ido aumentando el número de incineradoras de 38 a 52 y la capacidad de las existentes. Cabe añadir, que solo ha sido en Inglaterra e Irlanda del Norte, porque tanto en Gales como en Escocia han prohibido la creación de nuevas incineradoras. Esta práctica de generación de electricidad es altamente contaminante porque produce gases de efecto invernadero.
¿Por qué contamina tanto la basura incinerada? El hecho de quemar cartón, plásticos u otros desechos en un espacio cerrado puede ser altamente contaminante. Un estudio ha demostrado que el 29% de la contaminación proviene de la combustión de elementos no aptos para la incineración en espacios cerrados. Pero, ¿qué ocurre en una incineradora?
En las incineradoras queman desechos de plásticos, los cuales a su vez provienen de combustibles fósiles. En definitiva, al quemar plástico se liberan grandes cantidades de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono. Aunque se gestiona el uso de los vertederos, los plásticos producen 175 veces más de dióxido de carbono que enterrarlo en vertederos. Para reducir esta cuantía el Gobierno del Reino Unido estableció un Plan de Mejora Ambiental en 2023 para garantizar que los residuos plásticos no superen los 42 kg per cápita al año para el año 2028.
¿Por qué basura y no cualquier otra fuente de energía? La gestión de las basuras mediante la incineración se promovió como una solución sostenible, pero el resultado ha sido totalmente diferente.
Además, los ayuntamientos en el Reino Unido están sujetos a unos contratos a largo plazo con operadores de incineradoras. Algunos de estos contratos tienen una vigencia de más de 20 años, lo cual les obliga a seguir quemando residuos si no quieren hacer frente a una sanción económica.
Pero, ¿qué les pasa con las renovables? El Reino Unido se ha comprometido a reducir sus emisiones en un 68% con respecto a los niveles de 1990 para 2030 según datos de la EIA. Después del cierre de la última central de carbón, Ratcliffe-on-Soar, se estima que el crecimiento hacia el sector renovable debería crecer.
Sí que es cierto que las energías renovables representan un 41,7% según datos de la consultora Arthur J. Gallagher (UK) Ltd y tiene la eólica como protagonista. Además, Reino Unido destaca por su inversión en eólica offshore, pero veremos qué pasará en adelante tras el levantamiento de la prohibición del gobierno anterior sobre la eólica terrestre.
A pesar de las medidas, el Reino Unido depende del gas natural, que suministra gran parte de la electricidad. Ante la inanición de los ministros muchos hogares se van a tener que enfrentar a facturas elevadas y altas emisiones de carbono si no hay un plan de acción para las futuras construcciones.
Xataka | Refinerías de basura: la doble solución a la gestión de residuos y a la energía sostenible