Tal y como Microsoft nos advertía hace un par de meses, Xbox Game Pass Estándar ya se encuentra disponible como opción para suscribirse al servicio. De esta manera, se añade un plan más económico que su opción más completa, ofreciendo ahora un total de cuatro modalidades para unirse al servicio.
A pesar de que este nuevo plan sea más barato que Game Pass Ultimate, no pasa desapercibido el hecho de que los juegos first party de los estudios de Microsoft no se puedan jugar desde el día de su lanzamiento, siendo el principal atractivo del servicio y reservados únicamente para el plan más costoso de la plataforma. Esta iniciativa de Microsoft hace que ahora los usuarios obtengan más opciones a la hora de unirse al servicio, pero también se trata de un reflejo de que las cosas no están yendo del todo bien desde la compañía.
Más opciones para todos, pero un negocio difícil de mantener para Microsoft
Llevo siendo usuario de Game Pass desde 2019. Al principio, me parecía un servicio fantástico, ya que por un módico precio al mes podía acceder a un catálogo con cientos de títulos. El punto más llamativo del servicio además era que, si mantenías esta suscripción, también podías acceder a los juegos nuevos exclusivos de Microsoft desde su lanzamiento. Esta premisa, técnicamente no ha cambiado, pero se ha ido diluyendo con el tiempo, sobre todo tras la llegada de este nuevo plan de suscripción y el giro de timón que ha dado la compañía a la hora de hacer disponibles diversos títulos que hasta el momento eran exclusivos de Xbox y PC en otras plataformas como PlayStation 5.
Las negociaciones a la hora de adquirir Activision Blizzard-King fueron arduas y lentas, con los respectivos organismos reguladores de cada región poniendo la lupa ante una de las compras más costosas en la historia de los videojuegos (nada más y nada menos que 68.700 millones de dólares de desembolso por parte de Microsoft). Esta gran compra, junto a los diversos estudios que desde la compañía han ido adquiriendo sobre la marcha, hacían que el valor de Game Pass fuera aún mayor, ya que esto significaba que los usuarios tendrían juegos de calidad para rato.
Como ocurre con cada servicio de suscripción y plataforma de streaming que ofrezca contenidos multimedia, la cosa no acaba siendo rentable a largo plazo, pues la inversión que se necesita para traer grandes títulos debe ser compensada con el precio que pagan sus suscriptores y los ingresos que se obtengan por medios como la publicidad y otros servicios. Por ello, Game Pass también ha ido subiendo de precio, hasta tal punto de que el coste de Game Pass Ultimate asciende ahora mismo a los 18 euros al mes desde los 13 euros que costaba en su lanzamiento.
Este aumento de precio es inevitable en este tipo de servicios que, a corto plazo, no son rentables para una compañía como Microsoft. Por ello mismo, para intentar calmar las aguas, nace este nuevo plan, más económico, pero sin la posibilidad de acceder a los juegos de Microsoft desde el día de su lanzamiento. De hecho, se ha lanzado sin la posibilidad de acceder a grandes títulos como ‘Starfield’, ‘Senua’s Saga: Hellblade II’, o ‘Forza Motorsport’.
Así pues, esta opción se encuentra a medio camino entre el plan Core (con multijugador online y un catálogo mucho más reducido) y Ultimate, que es la opción más completa. De los más de 500 títulos que cuenta Ultimate actualmente, el plan estándar nos dejará con poco más de 360 juegos.
Cabe destacar además que, la opción del plan estándar tampoco incluye el servicio de Xbox Cloud Gaming para juego en la nube, ni los juegos del catálogo de PC, ni los títulos de EA Play. De esta manera, viendo que la diferencia de precio es de unos cinco euros respecto al plan Ultimate, Microsoft plantea una opción poco atractiva para sus usuarios.
Desde un principio, creí que Game Pass acabaría siendo el futuro del gaming. Y de hecho, por suerte y por desgracia, veo que, efectivamente, a esto nos estamos encaminando. Pero también estamos dejando atrás factores clave que han cimentado las bases de la industria del videojuego, como la propiedad del contenido que consumes, el formato físico (que cada vez va más en decadencia), y el nefasto intento de las compañías por impulsar la preservación de sus videojuegos.
Desde el punto de vista de los desarrolladores que se quieran a dar a conocer con su juego y que tengan una propuesta relativamente atractiva, es un buen punto de comienzo, ya que Game Pass al final es ese cajón de juegos al que siempre miras cuando no sabes a lo que jugar, una cualidad que para nada la veo desde un prisma negativo. A lo largo de los últimos años hemos visto un objetivo claro por parte de Microsoft con Xbox: que sus servicios estén en cualquier dispositivo, dando acceso a cientos de títulos de una manera mucho más sencilla para sus usuarios.
Sin embargo, muchos también creen que su marca se ha devaluado al hacer que sus exclusivos también formen parte de otras plataformas. Y es que tras el lanzamiento en PS5 de ‘Hi-Fi Rush’, ‘Grounded’, ‘Sea of Thieves’, ‘Pentiment’, o el reciente ‘Indiana Jones y el Gran Círculo’ (título del que se sabe que llegará a PS5 antes incluso de que se haya lanzado oficialmente siquiera), muchos temen que la marca Xbox se acabe convirtiendo en una empresa third party con servicios disponibles en otras plataformas.
Con esta estrategia, Microsoft busca maximizar los ingresos al poner sus exclusivos a disposición de otras consolas. Sin embargo, esto hace que tener una ‘Xbox’ deje de ser requisito para jugar a estos títulos, siendo una buena noticia para todos los jugadores. Para Microsoft es más difícil de decir.
Los despidos también han ennegrecido la reputación de la compañía, sobre todo tras echar el cierre a estudios como Tango Gameworks (creadores de ‘Hi-Fi Rush’ y ahora recuperada por Krafton), Arkane Austin (creadores de ‘Red Fall’ y con menos suerte que Tango), o Alpha Dog Studios (‘Mighty Doom’).
Para Sarah Bond, presidenta de Xbox, su intención era valorar si un videojuego tenía recorrido a largo plazo. Explicaba que la industria del videojuego atraviesa un momento muy complicado, ya que el crecimiento de la misma no se refleja en forma de cifras. Aún así, es una situación complicada para Xbox.
Queda ver cómo avanza la cosa y cómo de atractiva será la próxima generación de consolas por parte de Microsoft. Sin embargo, en el ambiente se respira decepción, y Game Pass era el único clavo ardiente al que se estaba aferrando la compañía durante todos estos años. Pero claro, si hablamos de decepción, en el otro bando el ambiente tampoco están para tirar cohetes con PlayStation 5 Pro.
Imagen de portada | Xbox